La incertidumbre y el drama
Esplendor
Autora: Abi Morgan. Traducción:: Neus Bonilla. Dirección: Carme Portaceli. Lugar y fecha: Grec l6, teatro Romea (29/VI/2016). El dictador se ha ausentado del palacio presidencial. Nadie sabe dónde ha ido ni el motivo de su salida. No ha dejado ninguna información. ¿Habrá huido, quizás? ¿O quizás ha salido para enfrentarse mejor al movimiento revolucionario que pretende derribarlo? En cualquier caso, las explosiones que se oyen de vez en cuando no dan ninguna pista. En la residencia oficial del tirano cuatro mujeres cargadas de dudas esperan el retorno de la primera autoridad del país. Mientras tanto, viven inmersas en una absoluta incertidumbre. Ellas son la esposa del dictador, una intérprete, una corresponsal que quiere hacer una fotografía del mandatario y una amiga íntima de la primera dama. La dramaturga británica Abi Morgan (Cardiff, 1968) ha entendido que la incertidumbre puede ser un mate- rial dramático de primera calidad y ha escrito Esplendor, imaginando a un grupo de mujeres encerradas en una misma estancia, donde las manías de cada una de ellas pueden verse alteradas por la coyuntura que están viviendo.
La directora Carme Portaceli ha querido mostrar por primera vez en Catalunya un texto de Abi Morgan, gracias al cual se nos revela la imaginación de una dramaturga que sabe crear una escritura perturbadora con cuatro pinceladas. La mujer del presidente (Míriam Iscla), que luce un elegante traje de chaqueta, reclama varias veces la presencia de la asistenta principal de palacio y cada vez que sólo recibe el silencio como respuesta, la atmósfera inquietante de la estancia parece hacerse más y más opresiva. Y ella misma, aunque lo quiera disimular, tiene que captar una señal de preocupación que oscurece progresivamente la jovialidad de su rostro. Mientras tanto, la intérprete (Laura Aubert) practica con toda la desenvoltura posible su afición cleptómana y esconde en los bolsillos de su tabardo la cristalería y todos los objetos que encuentra al alcance. La fotógrafa (Gabriela Flores) entretiene el tiempo de la espera ensayando el mejor emplazamiento de sus utensilios profesionales y la amiga (Lluïsa Castell) pone la nota trágica que se adecua a la brutalidad dictatorial.
El espectador se entera de que el marido de la amiga ha sido asesinado por orden del dictador –con quien había compartido etapas escolares– y que los hijos de la mujer reniegan de la madre por la amistad que, pese a todo, ella mantiene con la esposa del mandatario. La amiga ha llegado con el pelo mojado, como si hubiera andado bajo la lluvia. Hacia el final la mujer informa de que ha estado echada en la nieve esperando, se supone, la muerte, de la que la ha liberado la mujer del dictador al reclamar su compañía.
Gracias al rigor de Carme Portaceli, que consigue mantener viva la incertidumbre angustiante del huis-clos planteado por la autora, Esplendor ofrece un repertorio de buenas interpretaciones, encabezadas por el trabajo magnífico de Míriam Iscla.