Exteriores descarta trasladar la sede de Casa Àsia a Madrid
El desahucio judicial obliga a sopesar el cambio a otra ubicación
La sede principal de Casa Àsia permanecerá en Barcelona a pesar de la sentencia que dicta el desahucio del pabellón que ocupa en el antiguo hospital de la Santa Creu i Sant Pau, según confirmaron ayer fuentes del Ministerio de Exteriores a este diario.
Esa es la decisión del Gobierno central a medio plazo, al margen de las medidas que haya que adoptar de forma inminente ante la eventualidad de tener que abandonar la actual ubicación por el fallo judicial que, aunque ha sido objeto de recurso, puede derivar en una orden de desalojo inmediata. En este sentido, desde el departamento de Exteriores aplauden el compromiso y la lealtad institucional con la que se está comportando en esta delicada situación el Ayuntamiento de Barcelona –“tanto la anterior administración como la actual”–, que debería servir para resolver el problema de impagos, que llevó a la Fundación Privada Hospital de la Santa Creu i Sant Pau a denunciar a Casa Àsia.
El impago denunciado deriva de la nula aportación de la Generalitat, y es consecuencia de los problemas presupuestarios del Govern. En el consorcio Casa Àsia, en el que están integrados Ayuntamiento, Generalitat y Mi- nisterio de Exteriores, corresponde a las dos primeras administraciones la provisión de sede, y a la tercera proveer fondos para los gastos y la programación de sus actividades en proporciones 20%-20%-60%, respectivamente.
La paradoja es que Generalitat y Ayuntamiento, además de ser miembros del Consorcio Casa Àsia lo son de la Fundación Sant Pau –junto al arzobispado de Barcelona–, de modo que, en un extraño caso de esquizofrenia administrativa, ambas son demandantes y demandadas en este procedimiento.
La necesidad de prorrogar los presupuestos de la Generalitat en 2015, sin una partida que cubriera los 124.000 euros del alquiler, se repitió este, y aunque en 2015 se proveyó una aportación extraordinaria de 90.000 euros para paliar la situación, en los de este año no se ha incluido la partida ni se ha hecho aportación alguna. Toda vez que las responsabilidades de las administraciones son distintas, los fondos aportados por Ayuntamiento y ministerio –millón y medio entre ambas– no han servido para mitigar la situación de morosidad en el arrendamiento del pabellón de Sant Manuel que ocupa Casa Àsia en el antiguo hospital desde 2013, merced a un convenio que, además, finalizó hace un año.
En diciembre, la Generalitat aseguró en el patronato del consorcio que aportaría a lo largo del ejercicio más de 300.000 euros para subsanar el débito, pero más de medio año después no se ha producido la aportación, y la negociación presupuestaria de los socios del Govern de Carles Puigdemont no augura una rápida solución a esa deuda.
En este sentido, el ministerio subrayaba ayer que el consejo rector de Casa Àsia está “al corriente” de la situación, y también indicaban que el Ayuntamiento de Barcelona siempre ha cumplido con sus responsabilidades con esta institución, que viene desarrollando su actividad cultural en Barcelona desde hace 15 años. Ese es el motivo principal esgrimido desde el Gobierno central para descartar que este brete acabe con el traslado definitivo a Madrid, donde ya opera una subsede: la voluntad del Ayuntamiento de conjurarse con Exteriores para encontrar una salida que permita proseguir con la actividad de Casa Àsia, sea en la actual sede o en otra ubicación.
La situación, en todo caso, es incluso más grave: Casa Àsia arrastra otra deuda del alquiler de su anterior sede, que también ha dado origen a un procedimiento judicial, pendiente de resolución.
El Gobierno aplaude el compromiso y lealtad del Ayuntamiento de Barcelona con la situación de Casa Àsia