Dafne Schippers aspira a brillar en una edición sin atletas rusos
La idea no termina de cuajar. El nuevo formato de los Campeonatos de Europa de Atletismo está debilitando el evento. La competición, que desde el 2010 se celebra cada dos años, aparece pronto y a desmano. En los años olímpicos, los grandes astros europeos llegan al campeonato a me- dio gas. O están cortos de forma, o están ambicionando asuntos mayores. La edición que hoy arranca en Amsterdam es particularmente sangrante. No habrá atletas rusos: los han vetado las altas instancias federativas, al considerar que incurrieron sistemáticamente en dopaje de Estado.
En ese escenario, España busca su lugar. Ramón Cid, director técnico de la selección española, se lleva un equipo amplio, de 78 atletas. Los técnicos proponen diez candidatos a podio (hubo seis medallas en el 2014, en Helsinki). Entre ellos brillan Ruth Beitia (altura), Adel Mechaal (5.000 m), Borja Vivas (peso) y Bruno Hortelano (100 y 200 m), la atracción del año.
Nacido en Australia y formado en la Universidad Cornell de Nueva York (estudió ingeniería biológica), Hortelano (24) batió en junio el récord de España de 100 m, al marcar 10s06, cuarta marca europea del año. Ausente el francés Lemaitre, sus opciones crecen. La final, mañana.
Los holandeses, sin embargo, sólo tendrán ojos para Dafne Schippers, la esperanza blanca de la velocidad femenina. Schippers hará los 100 m y el relevo corto.