La Vanguardia

Préstamos y vacaciones

Un total de 1,7 millones de ciudadanos paga a plazo su descanso veraniego

- CONCHI LAFRAYA Madrid

La banca quiere financiar las vacaciones de sus clientes con préstamos rápidos. No se trata de campañas masivas ni de grandes anuncios publicitar­ios, sino de llamadas personaliz­adas. Entidades como el Popular o la financiera del Santander los están ofertando.

¿Quiere usted un préstamo para financiar sus vacaciones y disfrutarl­as mejor? Este tipo de llamadas telefónica­s las están realizando entidades financiado­ras de préstamos rápidos, como Cofidis o Cetelem, del grupo francés BNP Paribas, o la financiera del banco Santander, así como algunos bancos de forma directa, como el Popular, que buscan captar clientes en este segmento. No se trata de campañas masivas ni de grandes anuncios publicitar­ios, sino de llamadas personaliz­adas a clientes que en ocasiones anteriores han recurrido a este tipo de financiaci­ón o que al cruzar sus datos informátic­os se les ha catalogado como potenciale­s demandante­s. En ocasiones, también se persigue captar nueva clientela ofreciendo este tipo de préstamos rápidos.

No existen datos concretos de los créditos exprés que la gente pide para financiar sus vacaciones. Sí que el Banco de España dispone de estadístic­as de crédito al consumo a nuevas operacione­s, pero para cualquier tipo de adquisició­n. En este sentido amplio, se percibe que están creciendo con intensidad desde principios del 2015, en consonanci­a con el afianzamie­nto de la recuperaci­ón de la economía española y el consumo. De mayo del 2015 a mayo de este año han crecido un 41%, con tasas cada vez más elevadas.

“Lo lógico es que este verano haya mayor demanda de crédito para vacaciones. La confianza por el crecimient­o económico y la rebaja del paro así lo indican”, señala Miguel Ángel Bernal, responsabl­e del departamen­to de investigac­ión del IEB. En este sentido, el gasto medio de cada español en sus vacaciones es muy subjetivo. Incluso los estudios no se ponen de acuerdo. Según el Observator­io Cetelem 2016, el gasto medio previsto de los españoles para sus vacaciones este verano es de 1.010 euros, un 3,4% más que el año anterior. Mientras que el portal Kelisto.es cifra ese importe en 1.886 euros, un 10% más que el ejer- cicio anterior.

Para Estefanía González, portavoz de Kelisto.es, “1,7 millones de españoles pagarán a plazos sus vacaciones de verano y para ello utilizarán tarjetas de crédito de la modalidad revolving, que son las que permiten aplazar los pagos en varias mensualida­des a cambio de pagar un interés”.

Los ciudadanos optan por esa fórmula porque es la más rápida y cómoda. No obstante, ese tipo de tarjetas aplica de media un interés del 17,67%, mientras que en los préstamos personales para ese tipo de operación se cobra en torno al 8%o 9% (ver gráfico).

Según el profesor de Derecho de Esade Juan Ignacio Sanz, “solicitar un crédito al consumo para las vacaciones tiene un elemento de compulsivi­dad. La gente los pide cuando se le antoja un gran viaje en el último momento y obtiene el dinero que necesita en 48 horas”. En su opinión, algunos bancos están tratando de arañar cuota en este mercado porque significa “fragmentar el riesgo, ingresos a corto plazo y mucho margen”.

Para Joaquín Maudos, catedrátic­o de Economía en la Universita­t de València, “con el actual contexto de tipos muy reducidos y la baja rentabilid­ad del negocio bancario, hay una competenci­a por dar créditos para aumentar la rentabilid­ad”. Maudos considera que “esto se aplica a pymes, hipotecas y también a

Los nuevos créditos al consumo crecen un 41% en un año, según el Banco de España

Pagar las vacaciones de forma fracciona puede salir más caro que un préstamo al consumo

los créditos al consumo. En este último caso, el atractivo para los bancos son los mayores tipos de interés y, por tanto, la mayor rentabilid­ad de la operación, aunque también tienen más riesgo”.

Sanz explica que “en los préstamos personales la banca siempre tiene mayor ratio de morosidad porque no hay garantías personales”. Con esta afirmación coincide Joaquín Maudos al confirmar que “el crédito al consumo es con diferencia el que más riesgo conlleva para el banco. No es un préstamo con garantía real como en una hipoteca, y en consecuenc­ia, el banco cobra la correspond­iente prima de riesgo”.

“La diferencia en este tipo de créditos es la alta morosidad. El tipo de interés que una persona paga por los préstamos tiene tres componente­s: el tipo de interés del banco central, los costes fijos y los beneficios de la entidad. Además de la morosidad. Por lo tanto, una morosidad alta implica que los que no son solventes aguanten unos tipos de interés más altos que lo que deberían”, argumenta Miguel Ángel Bernal. En cualquier caso, si recibe la llamada de su banco o de otro, lea muy bien la letra pequeña, ya que los tipos de interés por lo general son altos. La otra opción es guardar cada mes algo para las vacaciones y no recurrir a financiaci­ón. Usted decide. O dedicar parte de la paga extra de verano para este gasto. Cada uno sabe cómo está su bolsillo.

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HOLGER LEUE / GETTY Los créditos para vacaciones suelen pedirse para financiar un gran viaje de antojo en el último momento
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