La OTAN mira al sur y se prepara para luchar contra el terrorismo
La Alianza apoyará a la UE en el Mediterráneo y enviará Awacs contra el EI
Muy cómoda en su redescubierto papel de guardiana frente a Rusia, la Alianza Atlántica empieza poco a poco a mirar al Sur.
Los jefes de Estado y de Gobierno aliados, reunidos en Varsovia, acordaron ayer revisar la estrategia naval de la organización para adaptarla a los nuevos retos de seguridad más allá del Este. La OTAN reforzará sus operaciones en el norte de África para responder a la “amenaza inmediata y directa” que representan las actividades terroristas del Estado Islámico (EI) y apoyará a la Unión Europea en la gestión de los flujos migratorios que provoca este y otros grupos.
La atención al flanco sur viene demandada desde hace tiempo por España, Francia e Italia, para compensar y complementar el foco puesto en los últimos años en el Este. “Los retos del sur son particularmente complejos”, destacó el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, durante su intervención. “Cooperar con los países de nuestro entorno es la mejor garantía de una seguridad común, la unión hace la fuerza”, defendió.
La cumbre de Varsovia dio luz verde al uso de aviones de reconocimiento Awacs en apoyo a las operaciones de la Coalición Internacional contra el EI en Siria e Iraq, aunque formalmente la OTAN no se ha adherido a ella. La misión comenzará en otoño. “Conforme el EI pierde terreno y el fraude del califato resulta más obvio, la organización va a recurrir a tácticas más convencionales”, advirtió Barack Obama, presidente de Estados Unidos. “Si algo saben hacer, es matar, así que vamos a tener que redoblar nuestros esfuerzos en términos de servicios de inteligencia y lucha contra el extremismo”, afirmó. Para Obama, esta era su última cumbre de la OTAN, una ocasión ensombrecida por la situación en EE.UU. Los aliados se reunirán con su sucesor el año que viene en Bruselas, en una cumbre especial que cobrará especial relevancia si el elegido es Donald Trump, mucho más reacio a la cooperación transatlántica.
Los líderes aliados también dieron luz verde al traslado de parte de la misión de formación de las fuerzas de seguridad y el ejército de Iraq desde Jordania al propio país. “La prevención es mejor que la intervención”, argumentó Jens Stoltenberg, secretario general de la Alianza. “A largo plazo, entrenar a las fuerzas locales es mejor que desplegar nuestras tropas para actividades de combate”. La OTAN impulsará un nuevo ‘centro de fusión de inteligencia’ en Túnez y apoyará a las fuerzas especiales de operaciones en este país, que sufre los estragos del yihadismo, y reforzará su colaboración con Jordania.
La Alianza Atlántica ha decidido también intensificar su cooperación con la Unión Europea en el Mediterráneo Central y se prepara para asistir a la operación Sofia,como ya está haciendo en el mar Egeo en apoyo de los guardacostas turcos y griegos para frenar la inmigración ilegal, con la operación Sea Guardian. La OTAN se prepara para colaborar en la ejecución del embargo de armas a Libia y la formación de las fuerzas costeras de este país, una vez que el Gobierno de este país lo solicite. La canciller alemana, Angela Merkel, defendió con energía “reforzar el compromiso africano de la OTAN”, recordando los efectos del avance del grupo terrorista Boko Haram en los países alrededor del lago Chad.
A diferencia de lo ocurrido al Este, donde la Alianza ha abierto varios nuevos cuarteles multinacionales, el despliegue de actuaciones en el flanco sur de la Alianza no se traducirá de momento en la apertura de nuevas instalaciones de ningún tipo. “Allí no había nada, estaba todo por hacer, mientras al sur se cuenta con una fuerte presencia en España, Italia y Turquía”, argumentan fuentes aliadas.
Stoltenberg: “A largo plazo, es mejor entrenar a fuerzas locales que enviar tropas de combate”