Montserrat, filosofía y jóvenes
Un encuentro en la abadía anima a los estudiantes en el debate metafísico
¿Qué puede aportar la filosofía hoy a un joven? Esta es la pregunta a la cual Ángel Pons, monje de Montserrat, intentó responder ahora hace tres años. Con el nombre de Amics de la Sofia, puso en marcha en julio del 2013 un encuentro juvenil sobre filosofía. Lo hizo en la abadía de Montserrat, su casa, y consiguió animar a cinco jóvenes. Tres años más tarde, una veintena de jóvenes participan asiduamente de los tres encuentros anuales. Este fin de semana se celebra el segundo encuentro del 2016.
Los encuentros de los Amics de la Sofia ofrecen a los jóvenes un espacio para “aprender a razonar, a argumentar las propias visiones, las propias opiniones, escuchar los otros y saber matizar aquello que te han dicho”, explica Pons. “La filosofía promueve la capacidad crítica, la capacidad de poner cuestiones en lo que nos está llegando a través de la sociedad de consumo, a través de los medios de comunicación o incluso a través de la política,” prosigue.
Mientras estudiaba la licenciatura en filosofía, desde Roma el monje Àngel Pons mantenía contacto electrónico con antiguos monaguillos y antiguos alumnos. En aquellos diálogos intuyó ya el interés de los jóvenes por la filosofía, y una vez de nuevo en Montserrat emprendió la propuesta. ¿Y por qué Montserrat? Montserrat siempre ha estado al servicio de la gente y del pueblo de Catalunya. Los encuentros no son unos encuentros catequéticos o pastorales, que son la mayoría de actividades que se hacen aquí para gente que ya son de Iglesia”.
El monasterio ha sido tradicionalmente punto de encuentro de intelectuales. Y los encuentros de los Amics de la Sofia están pensados para cualquier tipo de joven con la voluntad de ser “una especie de Atrio de los Gentiles de la filosofía”, aquel diálogo con gente que no está vinculada en el mundo eclesial. “Participan chicos y chicas que se declaran ateas o agnósticos, incluso no bautizados”. Para Pons eso es muy importante, “abrirse a realidades de la sociedad que van más allá de la Iglesia o de los mismos creyentes, no para adoctrinarlos, sino para que se sientan acogidos en Montserrat y aprendan a razonar y argumentar sus propias convicciones”.
Los alumnos que cursan actualmente bachillerato cada vez tienen menos horas para profundizar en la filosofía, como han denunciado varias entidades y autoridades del mundo humanístico. Eso se agrava con la selectividad en el horizonte. El resultado muchas veces es una asignatura teórica que no deja espacio para los debates y la argumentación. Àngel Pons afirma que los chicos que participan de los encuentros quieren ser más escuchados y tener espacios de diálogo: “Muchos de los chicos dicen que en clase les dan mucho temario pero que no pueden expresar sus opiniones, no pueden contrastar”, en definitiva, “no pueden hacer filosofía”. Pons recuerda que “una cosa es escuchar filosofía, y otra cosa es hacer. Precisamente estos encuentros que hacemos, humildemente, quieren poner la filosofía en práctica”.
Los debates de los Amics de la Sofia son el eje vertebrador del encuentro, “uno por día, preparados y presentados a menudo por alguno de los jóvenes que ya ha participado en los encuentros”. También hay espacio para las dinámicas de conocimiento, para pasear por la montaña y por actividades lúdicas, como ver una película o ir a la piscina.
Las reuniones les dan la posibilidad de aprender, exponer y argumentar sobre su visión del mundo