Maduro entrega a los militares el control del Gobierno venezolano
El ejército asume la producción y distribución de artículos de primera necesidad
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, entregó a los militares el control de su Gobierno, en un intento desesperado por resolver la aguda crisis económica que castiga a millones de ciudadanos y amenaza con desencadenar un estallido social de consecuencias imprevisibles.
A partir de ahora, todos los miembros del gabinete estarán bajo el mando del ministro de Defensa, general Vladimir Padrino, que asume funciones extraordinarias y se convierte en el segundo hombre más poderoso del chavismo.
“Le he dicho a nuestra fuerza armada, le he dado la orden al comandante estratégico operacional que se ponga al frente de esta gran operación, de esta Gran Misión de Soberanía y Desarrollo Económico”, declaró el presidente en una alocución de obligada transmisión por todas las emisoras de radio y cadenas de televisión.
Con su acostumbrada grandilocuencia, Maduro bautizaba así el plan que pone en manos de los uniformados la producción y distribución de alimentos y medicinas, áreas estratégicas para aplacar el descontento ciudadano por la escasez generalizada de artículos de primera necesidad. El desnuestros abastecimiento, que el oficialismo atribuye a una “guerra económica” orquestada por la iniciativa privada y la derecha internacional con la intención de derrocar al Gobierno, está generando multitud de protestas y saqueos en toda Venezuela. Según distintas fuentes, la caída de los precios del petróleo –cuya exportación representa el 94% de los ingresos nacionales– ha arrastrado la economía al borde de la bancarrota, con una escasez superior al 80% en alimentos y fármacos y una inflación del 180,9% en el 2015, aunque estimada por el Fondo Monetario Internacional en un 720% para finales de este año.
“Todo el mando del abastecimiento en el país estará en mis manos y en las de Padrino”, anunció Maduro, subrayando que los demás ministros quedarán subordinados a lo que llamó un “comando presidencial” de “unión cívico-militar”. Asegura que el ejército está en condiciones de impulsar la productividad en los sectores agroalimentario, farmacéutico e industrial, así como de sanear sus cadenas de distribución en todo el país.
Se trata, dijo el presidente, de “un sistema virtuoso, para imponer el nuevo orden que sustituya el caos capitalista y salvaje que nos han impuesto los factores del capitalismo comercial parasitario, que tanto daño le ha hecho a pueblo y al país. Tenemos la obligación de revertirlo”.
La ampliación del poder militar, que ya controla otras áreas estratégicas del Estado, como la Hacienda, el Ministerio de Alimentación y varios gobiernos locales, no sólo confirma su tutela sobre el poder civil sino también un mensaje para la oposición, que impulsa la convocatoria de un referéndum constitucional para revocar el mandato de Maduro. La designación del ministro de Defensa como copresidente de facto lanza pistas sobre las intenciones del chavismo para enfrentar la posibilidad de una consulta popular. Analistas consultados en Caracas observan que el nombramiento de Padrino tiene una doble intención: en primera instancia,
CARESTÍA BRUTAL Saqueos y protestas ante la escasez en el 80% de los alimentos y medicinas
ESTRATEGIA POLÍTICA Maduro promociona al general Padrino ante el reto de la consulta revocatoria
fortalecer su proyección política, poniendo a su alcance todos los medios para paliar la escasez y, por tanto, la penuria más acuciante para millones de venezolanos. De lograrlo, allanaría su camino hacia la vicepresidencia, ahora en manos del civil y chavista de primera hora, Aristóbulo Istúriz.
El segundo propósito va más lejos. Si Padrino llega a la segunda jefatura del Estado, su permanencia en el cargo dependerá de si el referéndum revocatorio se celebra o no antes de enero del 2017. El oficialismo pretende que se convoque el próximo año porque, de ser así, y si Nicolás Maduro lo pierde, el vicepresidente en funciones completaría su mandato hasta el 2019. Pero si la votación se celebra antes que termine el año en curso y el oficialismo es derrotado, la Constitución establece la convocatoria inmediata de elecciones presidenciales. Padrino será, en cualquier caso, el interlocutor de la oposición y, eventualmente, el hombre de la transición.