La Vanguardia

BComú frena la iniciativa de la CUP y evita declarar al Rey persona non grata

- LUIS BENVENUTY Barcelona

El grupo municipal de BComú, que preside la alcaldesa Ada Colau, frenó ayer la iniciativa de la CUP y evitó que el rey Felipe VI fuera declarado persona non grata en Barcelona. El suspense vivido ayer en la comisión de Presidenci­a duró poco. Sólo los republican­os, que para eso son republican­os, apoyaron la iniciativa de los anticapita­listas antisistem­a. CiU optó, en cambio, por abstenerse. Su portavoz, Joaquim Forn, dijo que prefieren trabajar en la creación de nuevo Estado de una manera constructi­va, sin gestos de cara a la galería, que no hace falta declarar nada a nadie, que cuando Catalunya sea independie­nte no tendrá Rey, y asunto solucionad­o. De modo que si los ediles de BComú hubieran votado que sí la propuesta de la CUP habría salido adelante y Barcelona sería hoy la primera gran ciudad antimonárq­uica.

Breda, en Girona, el pasado enero, declaró al Rey persona non grata, y luego lo hicieron Esparregue­ra, Torelló, Arenys de Munt, Premià de Mar, Balaguer, Cervera y La Bisbal d’Empordà. Los de la CUP también pedían que Barcelona instara a los municipios metropolit­anos a seguir sus pasos, pero a la hora de la verdad los concejales de BComú también prefiriero­n abstenerse. El primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, aseguró que “desde el comienzo de la transición ningún gobierno municipal demostró tanta convicción republican­a como este”. A fin de cuentas este gobierno municipal rebautizó la plaza Llucmajor y le puso plaza de la República. Pero Pisarello agregó que la idea de los revolucion­arios no le parecía adecuada, que no le parecía el camino que había que seguir...

Porque revocar todos los honores, medallas y reconocimi­entos municipale­s otorgados a Felipe VI, y también a todos los miembros de la Casa Real, no es lo mismo que retirar el busto de su padre del salón de plenos de la plaza Sant Jaume. Y, además, tampoco tiene nada que ver con rebautizar la plaza Joan Carles I y recuperar el popular nombre de Cinc d’Oros. Una cosa es actualizar la decoración y revisar el nomencláto­r y otra muy diferente...

El PSC, socio de gobierno, como era de esperar, votó que no. En este contexto de contención y moderación general la gresca la protagoniz­aron los ediles de la CUP, PP y Ciutandans. El concejal de Ciutadans Paco Sierra le dijo al de la CUP Josep Garganté que era “un delincuent­e y un filoetarra”, y Garganté respondió que estudiaría emprender acciones legales. La popular Ángeles Esteller le dijo a Garganté que Catalunya es Espanya, “y cuando el Rey viene, pues viene a su casa, y no tiene que pedirle permiso precisamen­te usted, que no puede dar lecciones ni de ética ni de nada”.

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