El laudo de Can Rigalt acusa al Barça de pasividad
El laudo arbitral que obliga al Barça a recomprar los terrenos de Can Rigalt por 47 millones de euros habla de “pasividad e inacción del club en los últimos siete años”, como la base del revés judicial que tiene que afrontar la entidad barcelonista.
Según el laudo, al que ha tenido acceso la cadena Ser, Can Rigalt no se puso en marcha porque el Barça “incumplió sustancial y gravemente las obligaciones previstas en el contrato” y que eran esenciales para urbanizar los terrenos.
El texto insiste en que el comprador se hizo con Can Rigalt porque el Barça, en época de Joan Laporta, se comprometió a tirar adelante la urbanización de unos terrenos que tenían después una edificabilidad de 10.000 metros cuadrados. El tribunal subraya que “cobra especial relevancia la inactividad, por no decir pasividad absoluta” por parte del Barcelona por no ejecutar el convenio de colaboración con el Ayuntamiento de l’Hospitalet para
El texto asegura que el club incumplió gravemente sus obligaciones
la transformación urbanística del lugar. Se dice que el Barça no hizo ningún “desembolso” a tal efecto. Le entidad blaugrana, añade el laudo, no ha desarrollado en los últimos siete años ninguna actividad que permita iniciar el proyecto.
El texto puntualiza que el Barcelona, como consecuencia del contrato, debía asumir la totalidad de los costes urbanísticos y había asumido los costes del traslado de la subestación de Fecsa. Estos costes estaban incluidos en la operación de compraventa con la inmobiliaria La Llave de Oro. Sin embargo, el Barça, en el 2012, culpó a la inmobiliaria de desentenderse del proyecto en ejecución.
El laudo rechaza que la inacción se pueda atribuir a la crisis económica ni que se pueda escudar en la falta de competencia ante el Ayuntamiento de l’Hospitalet o ante Fecsa-Endesa porque es el Barça el que se obliga en el contrato a arreglar el asunto de la urbanización. Concluye el laudo que “resulta patente” que la actuación del Barça estaba lejos de lo que obligaba el contrato. El conocimiento de este laudo supuso la pasada semana un gran golpe para la directiva actual del club.