211 días en funciones
Un panel de expertos enumera los efectos sobre el funcionamiento de la maquinaria administrativa y la opinión pública de un dilatado periodo de Ejecutivo interino
Más de 200 días sin Gobierno –o para ser más precisos con un gobierno en funciones tras dos citas electorales– suponen una situación inédita en España. La Vanguardia ha convocado a un panel de expertos de referencia para que ofrezcan su visión sobre los efectos de la interinidad gubernamental en el funcionamiento institucional y administrativo, pero también sobre la opinión pública. Este es su diagnóstico, que incluye un apartado específico sobre el impacto en la economía.
JOSÉ LUIS ÁLVAREZ Doctor en Sociología por Harvard. Profesor de Insead
1. La institución más importante para el funcionamiento de la administración y gestión públicas españolas no es española, es una organización multinacional que no está sometida, de manera inmediata y directa, a las consecuencias de elecciones estatales: la Unión Europea. Y es este poder multinacional cuasi autónomo el que decide los parámetros económicos de las administraciones públicas. Por tanto, la operativa de la administración no se paraliza por la falta de un presidente de gobierno de titularidad plena, que hoy en día no es más que el equivalente a los procónsules en la Hispania romana, con la diferencia, cada vez menor, de que aquellos eran designados por la metrópolis, mientras el nuestro es elegido por el Parlamento nacional. Por tanto, en lo que se refiere a la “administración de las cosas” los efectos son marginales debido a nuestra pertenencia a la UE.
2. A pesar de la ausencia de un ejecutivo plenamente legitimado, nada parece paralizarse en la vida cotidiana de las personas, y el país sigue funcionando: las pensiones se siguen pagando (por ahora), las vacaciones no se interrumpen, los servicios públicos funcionan, bien o mal, y los colegios volverán a abrir en septiembre. Es decir, la ciudadanía puede acabar pensando, incluso confirmando una generalizada sospecha previa, que los gobiernos son una superestructura sin valor añadido y de alto costo. Y puede parecer que pasa en España lo que se decía de Italia: que la economía del país funcionaba con independencia de la política. Pero, pese a las limitaciones comunitarias, el poder ejecutivo sigue siendo el instrumento de transformación más poderoso. Los presupuestos pueden enfocarse hacia uno u otro gasto o inversión. Y sin un ejecutivo fuerte no se puede ayudar a la ciudadanía a enfrentar el gran reto: ser competitivos en la globalización.
JOAN BOTELLA Catedrático de Ciencia Política de la UAB
1. En el ámbito de la gestión, el gobierno de Rajoy se ha tomado este periodo como una “ventana de irresponsabilidad”, en el que puede actuar libremente sin dar cuentas a nadie, ni siquiera al Congreso (lo que ha llevado a un grave conflicto de atribuciones ante el Tribunal Constitucional). Esto ha significado decisiones graves, como la aprobación del Plan Hidrológico Nacional, la negativa a informar sobre las posturas que España defiende en las instituciones de la UE (negociaciones del Eurogrupo, por ejemplo) o la adopción ante la Comisión de compromisos presupuestarios para los próximos meses.
2. Los ciudadanos distinguen bien entre los comportamientos de los políticos y las motivaciones que les impulsan. Pueden comprender que llegar a acuerdos es difícil, o incluso momentáneamente imposible; pero lo grave es que parezca que las razones del bloqueo sean partidistas, sectarias o incluso personalistas. Y ahí estamos: en esta segunda ronda no han aparecido elementos de propuesta política o programática, sino predominantemente de cálculo. Equilibrios internos, liderazgos cuestionados, tácticas electorales... Exactamente el tipo de cuestiones que la ciudadanía considera irrelevantes.
VICTÒRIA CAMPS Catedrática de Filosofía Moral y Política de la UAB
1. Con un gobierno en funciones, la administración sigue funcionando bajo mínimos y sólo hace aquello que no se puede dejar de hacer para que el país no se detenga, pero no hay iniciativas nuevas. Por poner un ejemplo: los pensionistas seguimos cobrando las pensiones, pero sabemos que la caja que las garantiza está en unas condiciones muy precarias. Hay que plantear la seguridad de las pensiones y, si hace falta, reformar el sistema. Eso no lo puede hacer un gobierno en funciones. En otro orden de cosas, hemos visto la inoperancia del gobierno en funciones en la cuestión de los refugiados. No le faltan competencias para actuar, pero no lo hace con la excusa de la incertidumbre que genera que no haya gobierno.
2. La ausencia de Gobierno con competencias plenas es un elemento más que contribuye a restar la poca credibilidad que la ciudadanía otorga a las instituciones y los políticos. La incapacidad que muestran todos juntos, no ya para negociar sino para hacer patente la voluntad de llegar a un acuerdo, el tira y afloja, las declaraciones imprudentes en la campaña que después se tienen que corregir... todo eso escenifica que los representantes políticos asuman poco la responsabilidad de representarnos y dar prioridad al bien común sobre los intereses partidistas.
JORDI CANAL Historiador. Profesor en la EHESS (París)
1. Aunque esta situación inédita en España forme parte de las posibilidades de desarrollo de cualquier democracia representativa –y no resulta, por tanto, negativa por definición–, está teniendo algunos efectos no deseables en unos momentos especialmente delicados. La ausencia de un Gobierno fuerte, no en simples funciones, no parece la mejor manera de afrontar retos de notables dimensiones, desde la recuperación y estabilidad económica hasta el desordenado y desnortado desafío independentista en Catalunya, sin olvidar la necesidad de definir posiciones sobre una Europa en reconstrucción –frente a populismos, tras el Brexit, con la crisis migratoria. La imposibilidad de tomar decisiones importantes en casi todos los ámbitos debilita la posición española en el exterior y lastra el buen desarrollo de administraciones e instituciones.
2. Esta situación de provisionalidad genera en la sociedad española un aumento de la desconfianza hacia la política y hacia los políticos. Y, asimismo, hacia el propio sistema, en ocasiones con la complicidad o instigación directa de aquellos que dicen representar la “nue-
¿Cuáles son las principales consecuencias en el ámbito institucional y de funcionamiento de la administración y gestión públicas de llevar más de 200 días con un Gobierno en funciones?
¿Cuáles son los principales efectos sobre la opinión pública de la ausencia de un Gobierno con competencias plenas durante un período tan prolongado, algo inédito en España?
Que sirve por algún tiempo supliendo la falta de otra persona o cosa. Dicho de una persona: Que ejerce un cargo o empleo por ausencia o falta de otro.