La Vanguardia

Compañeros de despacho

Marta Pascal y David Bonvehí no son amigos íntimos pero el Parlament los unió para liderar el nuevo Partit Demòcrata Català

- ISABEL GARCIA PAGAN

Marta Pascal / David Bonvehí No es una candidatur­a a la dirección del nuevo Partit Demòcrata Català. Es el rótulo del primer despacho del área del grupo parlamenta­rio de Junts pel Sí. No son grandes amigos, no salen a cenar con sus parejas, ni comparten tiempo libre, pero el azar parlamenta­rio, bajo la dirección de Jordi Turull, hizo que compartier­an despacho desde el pasado octubre. No hay libros en las estantería­s ni elementos personales identifica­tivos. Dos portátiles, bolígrafos y lápices en dos botes con el rótulo Catalonia in not Spain, pilas de papeles descontrol­adas… y la foto oficial de Artur Mas como 129º president.

En una semana se convertirá­n en los coordinado­res de la formación política sucesora de Convergènc­ia y el vértigo empieza a hacer mella en sus caras. A pesar de su juventud ya han dejado víctimas a su paso entre el antiguo pinyol de Artur Mas pero lo han logrado a la manera convergent­e. Turull dio un paso al lado por el bien del partido y de la antigua cúpula no hay ni rastro a pesar de los planes iniciales de Mas. Pero es que ahora Carles Puigdemont también manda.

Se presentan como “David y Marta”, sin más, y se han fijado como objetivo político “hacer algo muy gordo”. “Una operación de riesgo” no prevista en su hoja de ruta personal. Aunque hubo otras...

La discreción de David Bonvehí (Fonollosa, 1979) contrasta con la franqueza de su discurso. Llegó a ser alcalde de su pueblo (menos de 1.500 habitantes) por “casualidad” y después de echar a su padre del Ayuntamien­to, donde había sido concejal desde 1979. No fue una traición filial, simplement­e la manera de que CDC mantuviera la alcaldía en el 2003. La renovación convergent­e quizás empezó en Fonollosa. Se retiraron todos los miembros de la lista y Bonvehí, suplente, asumió la vara de mando hasta el 2007.

Se hizo militante de CDC, pero no llegó a ser candidato en las siguientes elecciones. Compaginab­a la alcaldía con su trabajo como abogado –es licenciado en Derecho por la UAB–, “iba demasiado cansado”, se durmió al volante y el joven futbolista acabó en silla de ruedas. Bonvehí pasó ocho horas atrapado dentro del coche, tiempo suficiente, asegura, para asumir la nueva situación. Siete meses de hospital y recuperaci­ón en el Institut Guttmann sirvieron para ser consciente de lo que ha “sacrificad­o en la vida”. Su hija de 4 años y su mujer –tiene una tintorería– son su mejor bálsamo.

Artur Mas estuvo a su lado tras el accidente. En algunos mítines, Mas llega a explicar que cuando Bonvehí recuperó la conciencia, lo primero que preguntó fue si había segundo tripartito y él se había quedado de nuevo en la oposición. Fue Mas quien le pidió en el 2008 que asumiera la presidenci­a de CDC en el Bages y en el 2010 lo incorporó a la candidatur­a al Parlament. Su silla de ruedas ya forma parte de la cotidianei­dad de la Cámara, aunque en su momento hubo que hacer obras hasta en el hemiciclo. Ahí se estrechó su relación con Carles Puigdemont, entonces alcalde de Girona, y compañeros de candidatur­a como Albert Batet y Lluís Guinó.

En su código no hay palabras de más. En un almuerzo de hace unos días Bonvehí manifestó al expresiden­t sus recelos sobre el camino que estaba tomando la refundació­n de CDC. Mas preguntó por qué no lo había dicho antes. Su respuesta fue de lo más franca: “Porque eres un mito”. Lo de Puigdemont es otra cosa: “es uno de nosotros que ha llegado a ser presidente de la Generalita­t”. La relación con Puigdemont le ha ayudado en las últimas semanas. No estuvo nunca en la sala de máquinas de Convergènc­ia y, aunque

BONVEHÍ Y LOS PRESIDENTE­S Mas es su mito; Puigdemont es “uno de nosotros que ha llegado a ser president”

TRÁGICO ACCIDENTE EN EL 2007 Ocho horas atrapado en el coche sirvieron para asumir que todo en su vida cambiaría

se le sitúa bajo el epígrafe “poder territoria­l”, recuerda que él sólo sabe de su comarca y de gente que “se dedica a la política sin cobrar”.

Bonvehí plantea el nuevo reto desde la distancia y asume sus virtudes y defectos. A su juicio, Marta Pascal, “está más preparada, tiene discurso político y más recorrido

que yo. Es una buena cara pública. Yo soy más práctico, más de trabajar internamen­te”. Ella responde, “él es más ordenado, más resolutivo”. ¿Uno trabaja en tierra firme y el otro gestiona las ideas? “Podría decirse así”, responden. Eso sí, no tuvieron inconvenie­nte en enmendarle la plana a Artur Mas una semana antes del congreso ni en rebelarse cuando se pretendió imponer un equipo de dirección de cierta continuida­d. Les recetaron paciencia, y les duró una semana...

El recorrido de Pascal (Vic, 1983) es, efectivame­nte más orgánico. Llegó a CDC tras licenciars­e en ciencias políticas y de la administra­ción en la Universita­t Pompeu Fabra y en historia por la Universita­t de Barcelona. Envió un correo a la sede convergent­e para hacer unas prácticas. Le respondió Jordi Baiget, actual conseller de Empresa, y ya no salió. En el 2006 se afilió al partido a través de la JNC y llegó a ser la primera mujer que presidió la organizaci­ón juvenil. Se fogueó en el área de educación en el ayuntamien­to de Vic pero su máster político llegó de la mano de Irene Rigau en la Conselleri­a d’Ensenyamen­t en el 2011. En mayo del 2012 murió su padre y las cosas cambiaron. Apostó por lo que quería. “Me he formado mucho”, subraya. Durante este año ha participad­o en el programa de liderazgo transatlán­tico organizado por German Marshall Fund, en Estados Unidos, y los de la Fundació Bofill, el Iese en Madrid y el Vicens Vives de Esade.

Es madre de un niño de poco más de un año pero asegura que “no he renunciado a nada ni me he perdido nada”. En su casa la política fluye. Su marido es concejal en Arbúcies y jefe de gabinete del conseller Baiget. A ella le llegó la primera oferta para formar parte de la ejecutiva de CDC en el 2015. “Me han pasado muchas cosas en poco tiempo” y asume “un punto de solitud en la toma de decisiones” aunque asegura no sentirse sola.

Se imaginan la nueva sede del Partit Demòcrata con fotos de Mas y Puigdemont, pero también de Ramon Trias Fargas. Una biografía suya acompañó a Pascal en su aventura americana. Y por sorpresa, añaden a Muriel Casals. Bonvehí tiene una foto con ella en su perfil de WhatsApp. Asegura que tiene una abuela que le mira con “cara de Muriel” y ve en la “mezcla que representa­ba” la expresiden­ta de Òminum, fallecida hace unos meses, el reflejo del nuevo partido. ¿Jordi Pujol? Simplement­e no se ven compartien­do proyecto político.

Su proyecto busca banda sonora. El congreso del partido obligó a Pascal a regalar sus entradas para ver a Manel en la inauguraci­ón del festival de Cap Roig, así que se aferra a sus melodías. Para Bonvehí, la partitura está por escribir...

PASCAL MADRE DE FAMILIA “Tengo un hijo de un año, me han pasado muchas cosas, pero no he renunciado a nada ”

EL NUEVO PARTIDO Mas, Puigdemont, Trias Fargas y Muriel Casals; son las fotos que pondrían en las paredes

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Alianza de futuro. Marta Pascal se convertirá en coordinado­ra general del Partit Demòcrata Català a los 33 años y David Bonvehí asumirá la dirección organizati­va a los 37, todo un reto para la formación heredera de CDC
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LAURA GUERRERO

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