El MareNostrum se prepara para multiplicarse por diez
El MareNostrum, el supercomputador más potente de España, gestionado por el Barcelona Supercomputing Center-Centre Nacional de Supercomputació (BSC-CNS), tiene una velocidad de poco más de un petaflops y ocupa el puesto 106 de la lista que publica TOP500. Pero aspira a escalar posiciones y colarse entre los diez o quince primeros en menos de un año, una vez se lleve a cabo una nueva ampliación que permitirá rondar los 10 petaflops. Según Mateo Valero, director del BSC-CNS, “la inversión disponible permitiría llegar a instalar hasta veinte petaflops si nuestro objetivo fuera batir récords y pasar bien el test que te ubica en el ranking, pero nosotros diseñamos la máquina pensando en los usuarios, en darles un buen servicio, y por eso invertimos pensando en el rendimiento de las aplicaciones”. Porque una cosa es la capacidad máxima o teórica de la máquina y otra el rendimiento que se puede sacar de ella con determinadas aplicaciones específicas.
Cuando se instaló en la capilla situada cerca de la Torre Girona (el rectorado de la UPC) en el año 2004, MareNostrum se situó como el cuarto supercomputador más potente del mundo. Desde entonces ha recibido dos grandes actualizaciones. La primera, en el 2006, dobló su capacidad de cómputo y situó al MareNostrum II en el sexto lugar del ranking mundial. La segunda, en el 2012, supuso un cambio completo y configuró un superordenador, el actual MareNostrum III, diez veces más potente que su antecesor, llegando a situarse en el puesto 29. Para la adquisición del próximo, el MareNostrum IV, el Consejo de Ministros aprobó en diciembre pasado una partida de 34 millones de euros. El objetivo es que España mejore su posicionamiento estratégico y mantenga su condición de socio principal junto a Alemania, Francia e Italia en la nueva fase del proyecto europeo de supercomputación Prace, que facilita a los científicos europeos el acceso a supercomputadores rápidos.