La Vanguardia

14 de Julio

- JOAN DE SAGARRA

El jueves, 14 de Julio, fue la fiesta nacional francesa. Aunque tengo fama de francófilo no suelo celebrarla. Las patrias no me inspiran ninguna simpatía y las banderas se me antojan manchadas, empapadas de sangre y de mierda, como decía Gustave Flaubert. No, no celebro el 14 de Julio, pero, desde hace unos años, suelo compartir unas copas con una amiga francesa, vecina del barrio. El jueves por la tarde nos encontramo­s en el Green Park, un pub de la calle Rosselló esquina Bailén, y estuvimos hablando del peluquero de François Hollande, el presidente de la República francesa, un peluquero a plena dedicación que le cuesta al contribuye­nte, al pueblo francés, la bonita suma de cerca de 10.000 euros mensuales. “Menudo chollo”, decía mi amiga. “Y más tratándose de un tipo medio calvo como es Hollande”, dije yo. Vamos, que tuvimos una conversaci­ón la mar de patriótica. Por la noche, ya en la cama, seguía pensando en el peluquero del presidente y me dormí soñando una especie de vodevil en el que a Hollande le habían cambiado el peluquero y aparecía en la tele con la cabeza pelada, completame­nte pelada.

Al día siguiente, a las seis de la mañana, me enteré por la radio de lo ocurrido en Niza y poco después vi en la tele al presidente Hollande, correctame­nte peinado, decir aquello de “el horror ha vuelto a golpear a Francia”. Y, no sé porque, solté una carcajada. Admito que fue una reacción de pésimo gusto, pero no pudo evitarlo. A partir de hoy, cada vez que vea al presidente Hollande ponerse estupendo pensaré en su peluquero, del mismo modo que, últimament­e, cuando veo a Mariano Rajoy en la tele lo veo rodeado de un campo de alcachofas.

El horror ha vuelto a golpear a Francia. 84 muertos (cuando escribo estas líneas, el viernes, 15 de julio, al mediodía). Muertos inocentes, entre ellos varios niños. Hollande habla en la tele de un acto terrorista y culpa de ello al llamado Estado Islámico, aunque el fiscal general todavía no se ha pronunciad­o sobre el particular: hay quien dice que el asesino, el hombre del camión blanco, no figuraba en las listas de posibles terrorista­s, que era un hombre violento, acusado de delitos comunes, con problemas laborales y de familia. Pero si Hollande dice que se trata de un atentado terrorista debe ser verdad. No me imagino a un presidente tan bien peinado afirmando algo tan grave sin estar debidament­e informado.

En la radio escucho al alcalde de Niza. El alcalde se muestra la mar de afectado, pero tiene unas palabras duras con el Elíseo o el Ministerio del Interior francés. El alcalde dice que hace meses que solicitó, sin éxito, una mayor presencia de las fuerzas de la policía nacional en su ciudad. Eso me lleva a pensar en la falta de coordinaci­ón de las fuerzas de seguridad francesas a raíz de los atentados de enero y noviembre del pasado año en París. De hecho, hay una comisión parlamenta­ria francesa que acaba de redactar un informe sobre algunos fallos relacionad­os con aquellos atentados (el diario Libération del pasado 6 de julio informaba ampliament­e sobre ello). Total, que el Gobierno amplía el estado de excepción –que debía finalizar el 26 de julio– tres meses más. Y anuncia nuevos ataques de las tropas francesas en Siria e Irak. Vamos, que Francia se halla en estado de guerra, como ya anunció el presidente Hollande en su día, en la reunión solemne de la Asamblea y el Senado en Versalles.

Volviendo al peluquero de Hollande, nuestro correspons­al en París, Rafael Poch, dice que al presidente ya no le viene de un escándalo, porque “ya es, políticame­nte hablando, completame­nte calvo”. Ignoro cómo puede afectar lo ocurrido en Niza a su carrera política. De momento, en la derecha francesa, ya se ha oído la voz del señor Juppé culpando al Gobierno de desorganiz­ación y falta de eficacia en el terreno de la seguridad nacional. En cuanto a la izquierda, no puede estar más dividida. Hollande insiste, antes y después de lo ocurrido en Niza, en la idea de la unidad. ¿Existe esta unidad entre los suyos? ¿Existe esta unidad entre los franceses? El próximo año hay elecciones presidenci­ales en Francia, ¿se presentará Hollande? Todo hace pensar que sí, pero lo tendrá muy duro. ¿A quién beneficia lo ocurrido en Niza (en el caso de que se confirme lo del atentado terrorista)? A la señora Le Pen, al miedo, el miedo al horror. Pobre Francia.

P.S. Se nos murió Emma Cohen, para mí Emma Bertrán, la guapa e inteligent­e chica progre. Las necrológic­as hacen arrancar su carrera teatral y cinematogr­áfica de su encuentro

Hollande insiste, antes y después de lo de Niza, en la idea de la unidad; pero, ¿existe unidad entre los franceses?

con Adolfo Marsillach, silenciand­o sus inicios en su ciudad natal. Yo la conocía hace ahora 50 años en el Instituto de Estudios norteameri­canos. Emma debutó como actriz en el escenario de aquel instituto, en el seno de una compañía universita­ria que capitaneab­a Mario Gas y en la que se agrupaban unos chicos y unas chicas que luego serían famosos: Carlos Trias, Cristina Fernández Cubas (que acabaría casándose con él), Carles Velat, Carles Canut… Emma Bertrán, una moza rebelde de buena familia.

Hablando de mozas rebeldes, me encanta Pilar Rahola cuando escribe, a propósito del escritor mallorquín Baltasar Porcel, que “de haber escrito en inglés, habría sido un firme candidato al Nobel de Literatura”. Y añade: “Y tal vez si hubiera escrito en castellano”. ¡Cuánta imaginació­n! Como Gloria Serra cuando escribe que “de ser hombre, Carme Riera ya hubiese ganado el Nobel”. ¡Qué manía con el Nobel! Con Vargas Llosa nos basta y sobra.

 ?? ERIC GAILLARD / EFE ?? François Hollande, el viernes, en el palacio de la Prefectura de Niza
ERIC GAILLARD / EFE François Hollande, el viernes, en el palacio de la Prefectura de Niza
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain