Sachsenring, cielo e infierno
Márquez, 7.ª ‘pole’ seguida, ha ganado siempre en Alemania; Lorenzo, tres caídas, nunca
Sachsenring, vetusta pista en la antigua Alemania Oriental, sintetiza como ningún otro circuito la antítesis de las sensaciones, las filias y fobias de Marc Márquez y Jorge Lorenzo, líder y perseguidor de MotoGP. Donde el campeonato llega a su ecuador, el piloto de Cervera encuentra su jardín más favorable, el escenario ideal para volver a la victoria, y su rival balear, su averno de asfalto, donde nunca ha ganado en 15 años. Ayer, la convergencia del cielo y el infierno tomó más fuerza que nunca en el asfalto de Sajonia.
Márquez siente predilección por el trazado alemán, estrecho, revirado. “Es una pista que siempre se me ha dado bastante bien”, explica, con un dominio abrumador sustentando sus palabras: 6 victorias seguidas, todas desde la pole. “Es una pista especial, me adapto muy bien, quizás porque tiene muchas curvas de izquierdas (10, por 3 a la derecha), como en el dirt-track”, la especialidad en la que suele entrenarse para pulir trazadas y derrapadas. Por eso Sachsenring se le da de maravilla. Ayer, ya sin agua y sin frío, se apuntó su séptima pole consecutiva en la pista germana.
Por eso Sachsenring es el trampolín ideal para Márquez para volver a saborear la victoria, después de acumular cinco carreras sin ganar, una de sus sequías más largas en MotoGP. El triunfo se le resistió en Jerez, Le Mans, Mugello, Catalunya –cuatro pistas desfavorables a la Honda y a su estilo– y en Assen –alocada carrera por la lluvia–. Ese mismo cuarteto de pistas se le atragantó el año pasado en su peor racha (6 GP sin ganar) y en el 2013 (5 GP). Y en ambos casos, Marc volvió a la senda de la victoria en Sachsenring. Hoy tiene toda la pinta de que Alemania le hará el tercer rescate. “Estamos mejor que en otros circuitos y en ritmo estoy bastante bien, ruedo cómodo. A ver qué pasa en la carrera, porque la previsión meteorológica es inestable”, decía Marc ante la incertidumbre del agua.
En todo caso, Márquez hoy puede dar un golpe en el Mundial, aunque no venza. “Tengo ganas de ganar, pero si no se puede, no se puede. Debo mentalizarme: los segundos puestos me han ido bien para el campeonato”, para construir un liderato sólido de 24 puntos sobre Lorenzo y 42 sobre Rossi.
La ventaja con el balear hoy puede crecer. El terreno está abonado: Jorge, que sale 11.º (peor parrilla en tres años, desde Assen’13, 12.º) no levanta cabeza desde Montmeló, tras la muerte de Salom y la modificación del trazado. Caída en Catalunya, 10.º en el naufragio de Assen... y este fin de semana lleva tres caídas –ayer, dos casi seguidas–, tantas como sumaba este curso. Sachsenring es el único trazado donde nunca ha ganado (al margen de los recientes de Austin y Argentina). “Tres errores míos no son normales, pero ha pasado. Estoy decepcionado por las caídas y la posición, pero he encontrado el porqué de las malas sensaciones”, decía Jorge, que por primera vez iba a la Q1 al no entrar en el top 10 en los ensayos.
El gran rival de Márquez para la victoria debería ser Valentino Rossi, tercero, detrás de un Héctor Barberá impresionante, que logró su mejor posición en MotoGP (2.º). “Si la carrera es en seco, será difícil alcanzar a Marc. Si llueve, será una incógnita”, comentaba Rossi.