Cerezas para comerse el mundo
Pachá impulsa, en su 50.º aniversario, un plan para abrir, vía franquicias, 25 hoteles, 50 restaurantes y 10 clubs hasta el 2025
Las cerezas son atractivas, joviales y divertidas: todo un icono para Pachá, referente del ocio nocturno en medio mundo. Ricard Urgell sembró su semilla en el 1966 y el primer brote surgió al año siguiente en Sitges. El segundo creció en Ibiza, seis años más tarde, en una casa payesa en medio del campo. Aunque en Ibiza nadie confiaba en su cosecha. La fiesta estaba en Vila, en el casco antiguo de la ciudad...¿quién iba a desplazarse hacia Pachá? El movimiento hippie lo hizo. Las cerezas eran buenas y el baile rompedor. Pachá era distinta, moderna, creativa... y se convirtió en la madre de las discotecas de la isla. Hoy, medio siglo después, es la más pequeña en tamaño, pero la experiencia de ser la primera juega a su favor.
Con 79 años, Urgell sigue al frente del negocio, que tras 50 años se ha convertido en un holding de 13 empresas. En el 2015 facturó 78 millones de euros y 11 millones fueron beneficios. Una cifra que según el consejero delegado de la firma ibicenca, Rafael Harillo, ha sido positiva aún durante la crisis. Dice que el crecimiento de este año rondará el 10%. ¿La fórmula? “Innovar y diversificar”, asegura.
Desde hace unos años, las cerezas también se pueden probar en varios restaurantes y dos hoteles de la isla, el hotel Pachá y Destino, un resort que se construyó hace cuatro años con una inversión de 18 millones de euros.
Harillo explica que la marca siempre se ha centrado en invertir en Ibiza porque es su escaparate al mundo. “En la isla podemos controlar el producto y atraer a los inversores. Los locales en Sitges e Ibiza siguen siendo propiedad de la compañía pero el resto son franquicias. Hoy tenemos diez: tres en España y otras siete por todo el mundo. Acabamos de inaugurar una de ellas en Macao (China). En los mejores años, habíamos llegado a tener 23 pero la diversión y la fiesta son difíciles de vender y aún más durante la crisis”. De hecho, de la facturación total, sólo un 3% proviene de los clubs franquiciados. El principal grueso de las ventas, un 68%, procede de las discotecas propias (Pachá Ibiza, Pachá Sitges y Lío) y los restaurantes. Le siguen los dos hoteles (22%)y la división de moda (4%). El resto viene de varios productos, en los que se incluye la línea de fragancias Pachá, elaborada con la colaboración de Puig.
Harillo encara las próximas cosechas con ambición. La firma ha puesto en marcha un plan de expansión internacional en el que Pachá se proyecta como una marca de estilo de vida y no sólo de ocio nocturno. Hasta el 2025, prevé abrir 25 hoteles, 50 restaurantes y 10 clubs
La firma de ocio de Ibiza factura 78 millones y obtiene 11 millones de beneficios en el 2015
nocturnos. La estrategia seguirá siendo crecer vía franquicias aunque con un modelo más controlado, en el que Pachá aportará experiencia y formación. La ibicenca no tiene preferencia por ningún país y planea abrir establecimientos tanto en el resto de Europa (Francia, Italia, el Reino Unido), como en Asia o Sudamérica.
Ricard Urgell seguirá controlando la expansión y, sus hijos, Hugo, Ricardo e Iria, le seguirán el relevo. Aunque el mismo Urgell ha reconocido que si hubiera una buena oferta podría estudiar la venta del grupo.