Un grupo rebelde decapita en público a un niño de 12 años en Alepo
La decapitación de un niño de 12 años en Alepo suscitó ayer la indignación y el rechazo incluso de la dirección del grupo ejecutor, el Movimiento Nurdin al Zinki. Al menor palestino Abdalah Isa lo mataron en un pick-up en una calle del barrio de Al Mashhad, bajo control rebelde.
Los jóvenes que participaron en la ejecución la grabaron en vídeo y lo colgaron en las redes sociales. El niño era acusado por sus verdugos y sus jefes de ser soldado de la brigada Al Quds, que lucha de parte del régimen de Bashar el Asad. Al Quds negó en un comunicado que el menor fuera un combatiente. “Este niño sólo era culpable de ser palestino” y quien lo decapitó había perdido a su hermano en la batalla que estalló por la mañana en el frente del campo (de refugiados palestinos) de Handarat, apunta la nota.
El Movimiento Nuredin al Zinki está entre las decenas de grupos que luchan en Siria. Es de la órbita de los Hermanos Musulmanes y ha recibido apoyo y armamento de Arabia Saudí, Qatar, Turquía y EE.UU.
El secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, declaró que habían visto el “abominable informe”. Kerry añadió que, de confirmarse, se pensarían mantener la asistencia que le prestaban y “cualquier tipo de implicación más con este grupo”.
El Movimiento Nurdin al Zinki,
muy presente en la provincia de Alepo, había recibido misiles antitanque estadounidenses.
Amnistía Internacional había acusado de cometer abusos impunemente a grupos rebeldes islamistas y yihadistas, incluido Nurdin al Zinki, y de ser culpables de crímenes de guerra y responsables “de una aterradora ola de secuestros, torturas y ejecuciones sumarias de personas capturadas. Estos actos constituyen crímenes de guerra”.
Este movimiento afirmó en una nota oficial que la decapitación era “un error individual que no representa la política general del grupo”. Los implicados, que aparecen sonrientes en el vídeo, han sido suspendidos momentáneamente.