Recelo vecinal por la apertura del último restaurante de Enric Granados
La apertura, el pasado fin de semana, de un gran restaurante de alrededor de mil metros cuadrados y dos plantas, en el número 86 de la calle Enric Granados, está despertando grandes recelos entre muchos vecinos de su entorno. La propia Federació d’Associacions de Veïns de Barcelona (FAVB) se hizo ayer eco de estas quejas. La FAVB emitió un comunicado similar al que la entidad SOS Enric Granados comenzó a hacer circular por las redes sociales. Y es que la proliferación de bares, restaurantes y sus correspondientes terrazas en este concurrido vial del Eixample lleva tiempo alimentado un profundo malestar entre una parte del vecindario. Otros vecinos que también llevan mucho tiempo viviendo por aquí, en cambio, recuerdan que no hace muchos años, antes de que Enric Granados se pusiera de moda, esta era una calle más bien triste y oscura.
El motivo de los últimos recelos vecinales son los posibles usos que los responsables del establecimiento Bellavista del Jardín del Norte puedan hacer de su patio interior de manzana. Este patio interior dispone de otros mil metros cuadrados. “En su momento los promotores del restaurante nos explicaron que pretendían explotar este espacio anexo –cuenta el portavoz de la entidad vecinal SOS Enric Granados, Josep Maria Alcoberro–. Nosotros nos oponemos a ello. Esta cuestión nos preocupa mucho porque estos patios interiores actúan como una caja de resonancia, producen muchos ruidos
que se cuelan en las viviendas. Son un motivo más para marcharse del barrio. Algunos hoteles de la zona ya llevaron a cabo experiencias similares. No queremos que se repita”.
A los responsables de este nuevo negocio no les hizo ninguna gracia que estos vecinos pusieran el grito en el cielo. Los promotores detallaron a La Vanguardia que todavía desconocen qué usos darán a su patio interior. En cualquier caso, quisieron subrayar que, hagan lo que hagan, todo se amoldará a las normativas municipales, y que de ningún modo perturbarán la vida cotidiana del barrio. “Hasta ahora estos vecinos se están quejando de unas quejas vecinales inexistentes. La ley protege por igual a comerciantes y vecinos”.