La Generalitat devuelve 53 obras de escaso valor
Un camión procedente del MNAC llegó a media tarde al monasterio de Sijena, mientras Aragón sigue reclamando los bienes de Lleida
Sijena lleva camino de convertirse en el culebrón del verano, lo que quizás tampoco es tan negativo a la vista de ciertos acontecimientos internacionales. Ayer por la mañana, mientras el Gobierno aragonés exigía a la juez de Huesca que obligase a la Generalitat a cumplir la sentencia y a devolver las 97 piezas de Sijena, el Govern catalán aprobaba la devolución de parte de estos bienes (53 lotes) y acto seguido un camión que ya estaba preparado en el MNAC emprendía viaje hacia tierras aragonesas. A las cinco de la tarde el camión –en el que iban también técnicos de la Generalitat y el MNAC– llegaba a Villanueva de Sijena, donde era recibido por las autoridades locales y regionales como un primer triunfo.
La vicepresidenta del Govern, Neus Munté, anunciaba al finalizar la reunión de la mañana del Consell Executiu que se había acordado la devolución de las obras y precisaba que eran las de menos valor. Respecto de las 44 piezas que permanecen en el Museu de Lleida añadía que “no han finalizado los procedimientos legalmente requeridos por la normativa de patrimonio cultural” para su posible devolución y reafirmaba la voluntad del Govern de agotar todas las acciones legales pertinentes. De todos modos, la juez de Huesca ya ha desestimado todos los recursos presentados por la Generalitat y el propio Tribunal Constitucional consideró que era pertinente la ejecución de la sentencia que obliga a una devolución provisional.
La Generalitat facilitó ayer la lista completa de las piezas devueltas que en su día fueron compradas por 40 millones de pesetas. Las piezas de mayor valor son: la puerta del palacio prioral, de siglo XIII, de dos metros de altura, que fue valorada en 18 millones de pesetas (110.000 euros) al ser comprada en 1992; dos fragmentos de frescos de Mateu Ferrer, de 1502, pasados a tela, que pertenecieron al refectorio del monasterio de Sijena, valorados en 8.200.000 pesetas (50.000 euros) y varios fragmentos de pinturas. El resto son relicarios, trozos de cerámica, diversos objetos (incluidas dos cucharas), 71 manuales notariales, 147 documentos en pergamino, un legajo de documentación dispersa de los siglos XVI a XIX, 21 azulejos del siglo XVI pero en muy mal estado, 41 piezas de ropa (casullas, estolas, manípulos, cubre-cáliz, capas pluviales, albas, mantones de manila, chals e incluso tres vestidos femeninos de principios del siglo XX).
A la vista de este inventario, queda en entredicho la resolución del Parlament de Catalunya donde se decía que “desde el punto de vista museológico estas obras forman parte de colecciones indivisibles, de manera que su división supondría una enorme pérdida para el conjunto”. En la misma línea se pronunciaba el Manifest en Defensa de la Unitat de les col·leccions del MNAC i el Museu de Lleida. La entrega se ha realizado sin que conste el informe preceptivo
El Museu de Lleida demanda los gastos de conservación y mantenimiento en depósito de las obras
pero no vinculante de la Junta de Museus de Catalunya (en un primer dictamen informó negativamente hasta no disponer de información sobre las condiciones de conservación y seguridad en la nueva ubicación y poder realizar un segundo informe).
Por otra parte, el consorcio del Museu de Lleida anunció ayer que ha interpuesto una demanda civil contra la orden de monjas sanjuanistas de Sijena para reclamar los gastos de conservación y mantenimiento en depósito de las obras adquiridas por la Generalitat y el MNAC. Según informó la abogada de la Diputación de Lleida y Oficial Mayor, Chari Rodríguez, el consorcio “tendría derecho a retener las obras hasta que le sean devueltos los gastos derivados de esta posesión”.
Las 44 obras que quedan en Lleida son las primeras que compró la Generalitat en 1983 y aunque entre ellas figuran tres cajas sepulcrales de cierto valor, sólo pagó por el conjunto 10 millones de pesetas (unos 60.000 euros).
Jorge Español, abogado del ayuntamiento de Sijena, tras volver a reclamar las obras que están en Lleida, afirmó: “En cualquier momento la comisión judicial se puede personar en el Museu de Lleida con el auxilio de la fuerza pública y ordenar la incautación de las piezas que no devuelven y su transporte al monasterio de Sijena”.