La rentabilidad de Alba
Pocos proyectos de infraestructuras científicas del mundo han sido analizados, antes de su construcción, con tanto detenimiento como el sincrotrón Alba, en Barcelona. En su momento el proyecto, además de ser evaluado científicamente por expertos extranjeros, fue objeto de un análisis de impacto económico y un estudio coste-beneficio que arrojó cifras económicas muy positivas.
Una fuente de luz de sincrotrón es un acelerador de electrones que emiten luz, principalmente rayos X, idóneos para la investigación en uno de los campos de más actividad científica, la “nanoescala”: los estudios de cualquier muestra a niveles atómicos y moleculares. El estudio inicial en los noventa contemplaba el complejo de aceleradores y cinco salidas o líneas de luz y preveía construir más a medida que el proyecto fuera exitoso, hubiera demanda y recursos económicos. Tras la aprobación en el 2002, las administraciones involucradas, los gobiernos español y catalán, constataron que valía la pena hacer un esfuerzo adicional y construir dos líneas más, aumentando la capacidad del laboratorio para poder atender a más de un millar de usuarios por año.
La instalación funciona desde el 2012. Las peticiones de tiempo de luz, aprobadas por paneles de admisión externos atendiendo a criterios de calidad, doblan la capacidad de la instalación. El año pasado más de mil usuarios la utilizaron. Los más de 600 artículos en revistas internacionales son reflejo de los muchos resultados científicos de alto impacto. Todo esto demuestra la oportunidad del proyecto y el acierto de las administraciones en construirlo. Sólo la considerable crisis económica impidió realizar el plan de crecimiento inicial, pero en estos momentos ya ha entrado en operación una nueva línea, hay dos en construcción y otras definidas.
Alba es hoy en día una de las mejores fuentes de luz de sincrotrón del mundo. La calidad de sus estaciones, algunas de las cuales con capacidades únicas, la hacen apetecible por un gran número de usuarios extranjeros cuyo porcentaje actual se eleva al 40%.
Los resultados positivos de los estudios de rentabilidad financiera han sido por lo tanto confirmados. No hay que confundir la capacidad de ampliación con la plena utilización de lo construido: la instalación existente funciona a pleno rendimiento según estaba planeado, y su abundante margen de crecimiento nos señala el recorrido que seguir en el próximo futuro.