“Ciencia y fe no son incompatibles”
El físico e ingeniero informático Josep Maria Martorell es desde abril director adjunto del Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación. Antes había sido director general de Recerca de la Generalitat.
De no haberse dedicado a la investigación, ¿qué le hubiera gustado ser? Me temo que la política hubiera sido mi primera tentación.
¿La cualidad que más aprecia en un científico? El entusiasmo y la visión.
¿La que más le disgusta? La hipocresía.
¿El rasgo principal de su carácter? Quisiera pensar que el optimismo: intento sonreír siempre.
¿Qué piensa que es cierto aunque no pueda demostrarlo? Seré poco original: que no estamos solos en el universo.
¿Qué idea desearía que se
le hubiera ocurrido a usted? Icrea. Una idea simple y elegante con un tremendo impacto positivo.
¿Qué necesita para concentrarse? Presión temporal: me concentro mejor si tengo poco tiempo para hacer muchas cosas.
¿Qué actividad física hace? Aquella que deciden mis hijas, especialmente el fin de semana.
¿Qué querría hacer mejor? Planificar y delegar.
¿Cómo mantiene su cerebro en forma? Trabajar junto a científicos de primer nivel te lo facilita bastante.
¿Cómo le gusta relajarse? Me encanta leer cómics de ciencia ficción.
¿Su mayor error?
No haberme marchado a trabajar al extranjero cuando tuve la oportunidad.
¿Un héroe de ficción? La coronel Jennifer Sparks, del universo Wildstorm.
¿Un personaje histórico o actual a quien admire? Winston Churchill. Su discurso el 13 de mayo de 1940 (“sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor”) es memorable.
¿El maestro que más le ha marcado? Manolo García, mi profesor de física en la Salle Reus. Guió mi curiosidad científica durante el bachillerato, y me enseñó también que ciencia y fe no son necesariamente incompatibles.
¿Un libro que le haya inspirado? El zoo d’en Pitus, hace ya trenta años. Y Cosmos de Carl Sagan, claro.
¿Un consejo a un joven científico? Busca mentores científicamente brillantes y humanamente humildes.
¿Lo que más le fascina? Entender nuevos avances científicos. Es impresionante darse cuenta de hasta dónde estamos llegando como especie.
¿Una frase para colgar en la pared? Donec perficiam.
¿Su fórmula, número o molécula preferida? El número e. ¡Tan discreto y tan presente en tantos sitios!
¿Lo último que le ha maravillado? El gran compromiso de nuestra comunidad científica y universitaria ante las mayores dificultades en décadas. Ha sido increíble.