El taxista ideal
La Federación Andaluza de Autónomos del Taxi edita un manual de buenas prácticas, el primero de España del sector
El manual aconseja cómo comportarse o vestir y ser honesto a la hora escoger el itinerario más corto
No está prohibido hablar de política o deporte dentro del taxi. Se puede, pero siempre que se haga con moderación, sin posicionamientos extremos. Messi es muy bueno, pero Cristiano Ronaldo tampoco lo hace mal; Rajoy no es mi político preferido, pero Sánchez tampoco termina de convencerme; el Betis es el equipo de mis amores pero, ¡oiga!, lo que ha logrado el Sevilla estos años es para quitarse el sombrero...
La Federación Andaluza de Autónomos del Taxi (FAAT) acaba de publicar un manual de buenas prácticas con la intención de que los profesionales sepan cómo deben comportarse en estos tiempos de crisis para no espantar a los clientes. “Es la respuesta al momento que vive el taxi, que es muy complicado. El inmovilismo y no cambiar nada ya no lo aplica ninguna empresa en España, así que todos tenemos que mejorar y este manual es un primer paso”, asegura Miguel Ruano, presidente de FAAT y vicepresidente de Fedetaxi, a este diario.
Consejos sobre cómo mostrarse corteses con los clientes y causar buena impresión, “los primeros treinta segundos son básicos”, “trata al cliente como te gustaría que te trataran a ti”; normas de elemental urbanidad a la hora de comportarse o vestir como no comer, fumar, masticar chicle en presencia del usuario; honestidad y honradez a la hora de elegir el itinerario más corto y cobrar por el servicio; vestir con decoro, sin ropa deportiva, calzonas, chanclas o camisetas de tirantes y mantener un comportamiento adecuado entre sí, sin quitarse clientes o colocarse en las paradas de forma que se perjudique al compañero componen lo esencial de este manual.
Se trata del primer compendio de conducta impreso en España que los taxistas pueden consultar para mejorar el servicio y llevar físicamente en sus vehículos. Consejos muchas veces de sentido común “que ya circulaban por las redes y que nosotros hemos recopilado y puesto por escrito”. Ruano espera que en los próximos meses este catálogo pueda obtener el refrendo de la Junta de Andalucía. “Quisimos que desde el primer momento tuviera el sello oficial de la Junta, pero eso llevaba un tiempo que no tenemos. Posiblemente en unos meses se pueda oficializar de alguna manera”, comenta el presidente de FAAT.
“Un usuario satisfecho transmitirá su experiencia positiva a un máximo de cinco personas mientras que uno insatisfecho puede llegar a comunicárselo a muchas más”, es el principio que rige los consejos. “El taxi es un servicio y en el ejercicio de la profesión se debe mostrar tolerancia y educación. La imagen pública es fundamental ante la sociedad”, se asegura en el texto.
Es importante que el taxista conozca a la perfección cada rincón de su ciudad, sepa expresarse con claridad y tranquilidad, no atosigue al pasajero, utilice en muchas ocasiones el silencio para no causar molestias al cliente, huya de todo exceso de confianza con el usuario. En caso de reclamaciones o atenciones a clientes problemáticos, “el taxista deberá mostrar respeto y actuar con cortesía, tratando de calmar la situación”.
Ruano reconoce que las principales quejas de los usuarios se producen por la elección del recorrido y el consiguiente desembolso económico de la carrera. “Es un tema difícil porque los taxistas siempre utilizamos unos criterios que pueden no ser entendidos por los clientes. Si preguntas a dos clientes distintos cuál es el mejor camino para ir del punto A al punto B probablemente te encontrarás con dos respuestas distintas. Evidentemente hay listos que buscan el camino más largo y tenemos que erradicar esas prácticas de forma total. Los cobros abusivos son la práctica que más nos perjudica. No están los tiempos como para tirar piedras a nuestro propio tejado”, señala.
No encender el taxímetro hasta que el usuario fije el destino y si es posible el itinerario que quiere utilizar, no cobrar el equipaje en los servicios interurbanos, no seleccionar al cliente, ayudarle con el equipaje, no cometer infracciones, conducir con suavidad y sin brusquedades o mantener el aire acondicionado son otras premisas esenciales en el manual de buenas prácticas.