Los servicios funerarios se autorregulan para asegurar buenas prácticas
Las quejas ciudadanas ante posibles prácticas abusivas de algunos servicios funerarios –propiciadas en gran parte por la inexistencia en España de un marco jurídico claro– ha llevado a la Associació d’Empreses de Serveis Funeraris de Catalunya (Aesfc) a impulsar conjuntamente con el Síndic de Greuges, Rafael Ribó, un principio de autorregulación que se concreta en un código de buenas prácticas que, después de casi dos años desde que se inició el debate promovido por el Grup Mémora, la compañía líder del sector, está ya plenamente vigente. Esta autorregulación la aplican ya las más de 40 empresas agrupadas en la asociación, tanto de titularidad pública como privada, que realizan en torno al 90% de los servicios funerarios en Catalunya.
El código de buenas de prácticas es un paso hasta ahora inédito en un sector que en España presenta particularidades como la tributación de un IVA del 21% (hasta el 2012 era del 8%), un valor muy superior al de otros países del entorno europeo que cuentan con tipos muy reducidos o incluso con la exención de este impuesto. El consejero delegado de Mémora, Juan Jesús Domingo, explica que esa subida del IVA, que se tradujo en un incremento de los precios, y la falta de una ley de servicios funerarios específica (la normativa está muy dispersa) llevaron a concretar con el Síndic unos mínimos comunes denominadores en la prestación de servicios que pudieran ser aceptados por el mayor número de empresas .
El código de buenas prácticas es un compromiso formal que incluye una veintena de puntos en una triple dirección: dar garantías a los ciudadanos, ofrecer mecanismos de control (las revisiones de los grados de cumplimiento del código se harán un mínimo de dos veces al año) y permite a una persona que sienta vulnerados sus derechos como usuario presentar denuncia ante la Sindicatura, organismo que ahora dispone por fin de un marco de referencia para actuar de manera consecuente. El código ético no fija precios de los servicios pero sí establece principios como el de la transparencia respecto al catálogo y la carta de servicios y tarifas que ofrecen las empresas y cuestiones tan básicas como la de poder disponer de un presupuesto nítido por escrito, plenamente inteligible y que permita comparar las diferentes ofertas.
El código ético pactado con el Síndic de Greuges lo suscribe la asociación que agrupa a más de 40 empresas