Un informático en el MAB
XAVIER CASAJOANA, CONSEJERO DELEGADO DE VOZTELECOM
Xavier Casajoana celebró la semana pasada su 48 aniversario con un regalo muy especial: el cierre de una ampliación de capital de 2,8 millones de euros en VozTelecom, la empresa que fundó en 2003 con otros cuatro socios, y la salida de la empresa al MAB, con una capitalización de 13 millones de euros. “Culminamos un proceso de más de tres años, siendo además el primer proveedor de servicios de telecomunicaciones para pymes de España”, señala Casajoana. “Las pymes están viviendo una auténtica transformación tecnológica similar a la que se produjo en los años ochenta cuando incorporaron la informática y cambiaron las máquinas de escribir y el fax por los ordenadores y el correo electrónico. En España, hay más de 300.000 empresas de entre 3 y 50 trabajadores que no tienen ningún informático y necesitan no solo un proveedor sino un profesional que entienda sus necesidades, les ofrezca una solución y se la implemente. Eso somos nosotros”, resume.
Con este negocio VozTelecom alcanzó el año pasado una facturación de 9 millones de euros, con 1,3 millones de beneficio bruto de explotación (ebitda). “Empezamos tres personas, y ahora tenemos ya 122 nóminas” apunta Casajoana. Ser empresario, sin embargo, no fue su primera opción.
“VozTelecom no hubiera nacido si no me hubieran echado de Tiscali”, recuerda. En el 2003, era director general para España de la firma italiana, enfocada en ofrecer acceso a internet al mercado residencial. “Entonces Telefónica empezó a desplegar el ADSL y recomendé a la dirección del grupo que reorientaramos el negocio hacia las pymes, un negocio que crecía y ganaba dinero. No me hicieron caso. Y de ese desencuentro nació VozTelecom”.
Casajoana, ingeniero informático, llevaba tres años en el mundo de internet. “Ya hacía programas informáticos en el instituto, luego trabajé mientras estudiaba la carrera e incluso la mili, en Valencia, me la pasé programando. Había sido además responsable de sistemas de una química suiza, Clarianacal. Tenía muchas ofertas, pero no me acababan de convencer”.
Desde la dirección de informática de una empresa industrial, había llegado a la red en 1998, cuando se incorporó a World Online, un proveedor de internet que acababa de entrar en España. “Cambiaba la informática: antes había sido una herramienta para aumentar la productividad de las empresas. Ahora era el activo que creaba el negocio”. Y también había vivido en primera línea el pinchazo de la burbuja puntocom: “aprendí todo lo que no teníamos que hacer, por ejemplo dar stock options [opciones sobre acciones] a la plantilla antes de la salida a bolsa”. Así que, junto dos de los ejecutivos de su equipo en Tiscali, Jesús Rodríguez y Ginés Gómez, decidieron fundar VozTelecom en diciembre del 2003 y enseguida se incorporaron Oriol Font y Stéphane Quinnez. “Somos los cinco fundadores de la empresa. Hemos ido incorporando socios financieros, pero aún tenemos el 30%”.
El proyecto, sin embargo, estuvo al filo del fracaso en el 2007. “Teníamos que reinventarnos o cerrar y tuvimos el apoyo de los fondos accionistas para reenfocar el negocio”. VozTelecom había nacido como proveedor de tecnología para operadores, con clientes como Jazztel o Uni2, pero no conseguía el volumen necesario para ser rentable. Y decidieron comercializar directamente servicios como voz sobre IP y centralita virtual a las pymes. Las ventas pasaron de 1 millón de euros a 6 millones en el 2011 y entró en beneficios. En el 2014, empezó a ofrecer servicios de móvil como operador virtual y en el 2015 creó su propia red comercial con franquicias. “El crecimiento se ha disparado y esperamos doblar ventas y multiplicar por cuatro el ebitda en tres años”, explica. A largo plazo, el destino de VozTelecom será venderse. “Las empresas tienen etapas y la concentración de la industria también se da en las telecos”, resume. La informática fue su primer hobby y, ahora que se ha convertido en su trabajo, su afición es la música. “De pequeño tocaba el piano y la guitarra clásica. Y ahora el saxo. Apunté a mis hijos, Oleguer y Agnès, a clase de música. Quería que aprendieran un instrumento, y yo también me apunté a aprender saxo, para dar ejemplo”. Tocan el piano y la batería y hacen “combos” juntos. “La única que no toca es mi mujer, que es arquitecta y profesora de arte y enfoca su creatividad hacia otro lado”. Su ilusión, reconoce, cuando la informática absorba menos su vida, sería tocar en una banda de jazz.
Fundó VozTelecom con cinco socios tras salir de Tiscali en el 2003 y ha conseguido sacarla a bolsa esta semana