La princesa de hielo llega a Peralada
Mario Gas dirige en el festival ampurdanés la ópera ‘Turandot’ con protagonista de lujo: la soprano Iréne Theorin
Será una ópera de verano pero los ingredientes son de verdadero lujo. El director de escena es nada menos que Mario Gas. La protagonista, la princesa de hielo, estará encarnada por la soprano sueca Iréne Theorin, de la que nadie que la viera ha podido olvidar su actuación hace unos meses en el Gran Teatre del Liceu como protagonista del Götterdämmerung de Wagner. El tenor encargado de cantar el famoso Nessun dorma (Nadie duerma), será Roberto Aronica, de larga carrera internacional. Y el director musical será el milanés Giampaolo Bisanti, que se avanza así a su debut en el Liceu con el Macbeth de Verdi, la ópera que abre la nueva temporada del coliseo lírico barcelonés. Todos juntos, y muchísimos más cantantes, actores, Paco Azorín como escenógrafo, la Orquesta Sinfónica del Liceu y el Cor Intermezzo darán vida este sábado y el lunes en el festival Castell de Peralada a una de las grandes óperas de Puccini, Turandot, que el gran compositor dejó inacabada debido a su muerte por un cáncer de garganta y para la que en esta ocasión se ha escogido el tradicional final que compuso Franco Alfano.
“La princesa de hielo llega a Peralada”, anuncia feliz Oriol Aguilà, el director del festival, al explicar que se han vuelto a embarcar “en la aventura colosal de que un festival como el nuestro produzca toda una ópera”. Una producción “kilómetro 0” la llama, la tercera construida en el Alt Empordà, en territorio bahía Peralada, señala. Todas sus energías, reconoce, están puestas en un proyecto tan enorme. Y en esta edición del 30 aniversario del certamen de Peralada, en la que han puesto especial atención a las fidelidades que han tejido durante tres décadas, dice Aguilà, “no podía faltar nuestro embajador, Mario Gas”, que ha dirigido en los jardines del castillo del Alt Empordà L’elissir d’amore, El rapto del serrallo, A little night music o Follies y que “tiene un amor declarado y sin matices por Puccini”. Un Puccini dentro del cual Turandot aún era una asignatura pendiente para Peralada, ya que sí se habían representado Ma- dame Butterfly, La bohème, Tosca, Il tabarro y Gianni Schicchi.
Mario Gas recuerda que tiene “un vínculo afectivo y personal bueno con Peralada” y que es “una responsabilidad llevar a escena Turandot, la culminación de un compositor potentísimo, inacabada, en la que investiga a todos los niveles”. “Por suerte el hecho sustantivo de la ópera son la música y las voces y tenemos la gran suerte de tener un elenco, como se decía antes, maravilloso. Primerísimas espadas, y eso siempre facilita la puesta en escena de la ópera”, señala Gas, que apunta que nunca ha creído en la guerra entre director de escena y director musical y cantantes porque “creo que todos conocen muy bien su trabajo, y hay que tener una escucha hacia ellos y hacia ti mismo y tu equipo”. De hecho, el director musical, Giampaolo Bisanti, añade que “hoy el gran problema en la ópera es que el director de escena y el de orquesta viajan por vías paralelas y no se encuentran nunca”, lo que por suerte, señala, no le sucede con Gas. Un Bisanti que explica que Turandot “desde el punto de vista instrumental es una ópera que divierte mucho, especialmente las secciones de metal, tiene muchas onomatopeyas en su estructura”.
La historia de Turandot es la de una fría princesa china que opone difícilísimas pruebas a sus pretendientes quienes, de no resolverlas, acaban muertos. Hasta que llega Calaf y triunfa en las pruebas y aún así Turandot rechaza casarse con él. “El argumento –apunta Mario Gas– ya lo conocemos, eros, tánatos, una monarca autoritaria, las chinoiseries... Nosotros hacemos desde la humildad, la preparación y el conocimiento una propuesta esencialista que expresa lo que pasa allí a partir de la música y la voz”.
Para el escenógrafo Paco Azorín, “haremos una Turandot que no será la de siempre pero también lo será. Mario ha encontrado un sentido muy esencialista, cuando alguien quiere hacer algún gesto, una acción, de repente Mario dice ‘no hace falta’. Cuando realmente te gusta la ópera y la entiendes desde la música y el canto, a veces no hace falta
Mario Gas destaca que ha realizado una versión esencialista que explica lo que pasa a partir de la música y la voz
hacer tantas cosas”. Y de hecho, concluye misterioso, para guardar la sorpresa, la escenografía es también esencialista: un solo elemento, grande y transformable. “Un elemento sobrio, que tiene que ver con toda la arquitectura oriental, aunque estilizado, y que empieza de manera estática, luego adquiere movimiento y se va transformando, pero cada vez que se alza el telón se va simplificando, volviéndose más sencillo”.