Manuel Carrasco
CANTANTE
El cantante Manuel Carrasco confirmó ayer en su estreno en el Festival de Cap Roig la excelente relación que mantiene con la afición catalana, que este año se ha materializado también en el Liceu y, en diciembre, en el Palau Sant Jordi.
Se ha hecho esperar, pero al fin el festival de Cap Roig gozó de la presencia de Manuel Carrasco sobre el escenario de Calella de Palafrugell. Será el mar, a pocos metros de los jardines botánicos, o la brisa de la Costa Brava, pero ayer el de Isla Cristina llegaba pletórico de energía y magnetismo. Hizo Bailar el viento de Cap Roig y desató la pasión de los 2.100 espectadores que llenaban el recinto. No pararon de piropearle y de cantar con él cada una de sus canciones. El festival cayó rendido a sus pies.
A pesar de que el concierto arranca siempre a las diez de la noche, la peregrinación de fans empezó a llenar los accesos dos horas y media antes. Una suerte para ellos, ya que pudieron escuchar, aunque fuera de lejos, las pruebas de sonido de la banda y la voz de Manuel Carrasco.
Entre los afortunados estaban Montse y sus dos hijas, Helena y Anna, que eran de las primeras en llegar, procedentes de El Vendrell. Explicaban con entusiasmo que lo habían visto en el último concierto en Isla Cristina y, sin alzar la voz, reconocieron que han tenido la suerte de conocerlo. Unas fans muy afortunadas y la envidia de muchas y muchos. “Nos gustan las letras de su música y cómo es. Persona humilde, sencilla y a la que la fama no se le ha subido”, afirmaban a la vez.
Por detrás seguían llegando más y más espectadores. Y las azafatas del festival. Si bien es cierto que Manuel Carrasco tiene un público muy amplio, ayer Cap Roig se llenó de familias, parejas y grupos de amigas y amigos dispuestos a darlo todo con su referente musical. Mientras Montse y sus hijas se hacían fotos con Calella de fondo, dos mujeres más subían la cuesta que da acceso. Ellas, Marga y Montse, llegaban desde Sant Sadurní. “Lo vimos en el Liceu y nos encanta su forma de ser y de cantar. Esperamos una noche mágica y que suene como nunca en este sitio tan bonito”.
Sus fans lo adoran. Y el mundo de la música lo quiere con sinceridad. Y todo porque es como es. Él es un artista hecho a sí mismo. Con una personalidad sensible y un carácter cercano, ha logrado construirse musicalmente y es así como ha conseguido llegar al corazón del público.
Carrasco abrió la noche con Tambores de guerra, de su último álbum, Bailar el viento. Empezaba la fiesta con toda una declaración de intenciones. De hecho, repasó de arriba abajo las canciones del disco con el que está de gira, pero sin olvidar grandes éxitos como No dejes de soñar, Sabrás y Que nadie, con la que en principio se despedía. Y todas ellas, acompañado por los coros del público, que se las sabe todas. No era un concierto para estar sentado. Ayer en Cap Roig tocaba bailar y aplaudir al son de sus canciones. La conexión entre el auditorio y el cantante fue una apoteosis. De las que quedan enmarcadas y hacen que el público se marche a casa con una sonrisa en la boca.
Sin embargo, aún faltaba algo. Un caramelo que se guardó para el final. Ya estábamos en los bises, pero incluso aquí estuvo sobrado, regalando a la velada seis temas más entre bulerías, solos y canciones como Amor planetario o En el bar de los pesares. Y, entre ellas, llegó la esperada Ya no, con la que el recinto se deshizo. Fue un gran momento, para guardarlo en el álbum de los momentos históricos de Cap Roig.
El concierto lo firmó con Siendo uno mismo, también de Bailar el viento. Una canción que empieza diciendo: “No soy ejemplo para nada ni para nadie. Tengo miserias como cualquiera de ustedes”. Y es que Carrasco es un compositor de historias. Aún está en la retina de muchos esa imagen televisiva siempre al lado de una guitarra española. Es de esta pasión de donde surge este artista capaz de convertir sus palabras en versos y transformar sus emociones en melodías. Ayer las regaló a toneladas en Cap Roig.
El cantante onubense repasa los temas de su último trabajo y los grandes éxitos de su trayectoria musical