La Vanguardia

Cuatro estrellas fugaces por minuto

La noche del 11 al 12 será la de mayor intensidad de las Perseidas

- CRISTINA SAEZ

La noche del 11 al 12 de agosto se podrán ver hasta cuatro estrellas fugaces por minuto. Será el momento de mayor intensidad de las Perseidas, la más popular de las lluvias de estrellas, que este año, además, se espera que llegue a doblar la densidad de meteoros habitual y pase de 100 a 150 e incluso 200 por hora.

Las lluvias de estrellas fugaces no son más que diminutas partículas de polvo, la mayoría de un tamaño menor al de un grano de arena, que dejan tras de sí los cometas en su recorrido alrededor del Sol. En este caso, las Perseidas son restos del 109P/Swift-Tuttle, un cometa de 26 km de ancho que tarda 133 años en completar su elíptica órbita, que lo lleva más allá de Plutón, en los confines del sistema solar, en el punto de su recorrido más alejado del Sol y cerca de la Tierra, en el más cercano.

Cada vez que un cometa se acerca a una estrella, su núcleo, compuesto de rocas y de hielo, se calienta, deshiela y comienza a desprender material en forma de chorros de gas y de polvo, lo que conforma las vistosas colas de estos cuerpos celestes. Restos del cometa quedan dispersos en su órbita y forman una especie de nubes de partículas que, en el caso del Swift-Tuttle, cada año, entre el 17 y el 24 de agosto, la Tierra atraviesa en su recorrido alrededor del Sol.

Es entonces, en ese encuentro, cuando esas partículas impactan contra la atmósfera terrestre a nada menos que 210.000 km/h, una velocidad que permitiría recorrer España de norte a sur en menos de 20 segundos, y la mayoría se incendian y desintegra­n dejando tras de sí bellas y brillantes estelas luminosas, popularmen­te conocidas como estrellas fugaces y científica­mente, como meteoros.

Ahora bien, lo que resulta especial de las Perseidas es que la posición de esos enjambres de deshechos del cometa puede variar ligerament­e en función de la influencia gravitator­ia sobre todo de Júpiter, pero también de otros planetas del sistema solar.

“La órbita del Swift-Tuttle pasa cerca de Júpiter y su gravedad puede provocar que las partículas de polvo se concentren más en el camino que sigue la Tierra”, explica Miquel Serra, investigad­or del Instituto de Astrofísic­a de Canarias (IAC) y administra­dor del Observator­io del Teide.

Este año, prosigue este astrónomo, “según los modelos computacio­nales de predicción de que disponemos, Júpiter ha modificado gravitator­iamente las tres colas que dejó tras de sí el cometa SwiftTuttl­e cuando pasó cerca de la Tierra en 1079, 1479 y 1862. Eso hará que nuestro planeta atraviese esas nubes más densas, más pobladas, y que se produzca un verdadero estallido de Perseidas que llegue a doblar la cantidad de meteoros que suelen producirse habitualme­nte”.

Otros centros de investigac­ión, como el Instituto de Astrofísic­a de Andalucía (IAA), predicen que ese estallido será incluso mayor. En una informació­n recogida por la agencia Efe, el IAA señala que podrían alcanzarse los 500 meteoros por hora, es decir, casi 10 por minuto.

Durante el año, se pueden ver hasta una treintena de lluvias de estrellas, aunque muchas son

UN ESTALLIDO DE METEOROS La Tierra atravesará una nube de partículas más densa de lo habitual por el influjo de Júpiter

anecdótica­s. No obstante, las Perseidas, junto con las Gemínidas, que se producen en diciembre, y las Cuadrántid­as, en enero, son las más vistosas, puesto que registran una mayor actividad.

“Quizás las Perseidas son las más populares porque, además de ser de las más intensas, se producen en verano, cuando mucha gente está de vacaciones, dispone de más tiempo libre y se puede disfrutar más de la observació­n del cielo por las cálidas temperatur­as nocturnas”, considera el astrónomo Kike Herrero, del Institut de Ciències de l’Espai (IEECCSIC) y divulgador de Celístia Pirineus.

Reciben el nombre de Perseidas porque, debido a un efecto óptico, parecen surgir de la zona del firmamento donde se encuentra la constelaci­ón de Perseo. En España también se las conoce como lágrimas de San Lorenzo, por la coincidenc­ia con la celebració­n de este santo.

Aunque se pueden observar desde comienzos de agosto, el punto álgido de este fenómeno astronómic­o se producirá, según informa el IAC, la noche del 11 al 12, sobre todo, y también del 12 al 13. Coincidirá con una media luna, cuya luz puede molestar la visión de los meteoros más débiles. Por eso lo más aconsejabl­e es esperar hasta pasada la medianoche, cuando el satélite de la Tierra estará más bajo y su luz entorpecer­á menos la visión de este fenómeno; también entonces el radiante, el punto por el que parecen originarse los trazos, de la constelaci­ón de Perseo estará más alto en el cielo y facilitará la observació­n.

Para disfrutar de la lluvia de estrellas no hace falta ni telescopio ni binóculos. “Basta con alejarse de la contaminac­ión lumínica de las ciudades, buscar un punto donde haya un cielo nocturno oscuro y despejado. Y, sobre todo, tener paciencia. Mucha gente cree que saldrá a mirar y de repente comenzará a ver trazos luminosos, pero no es así, es un fenómeno natural y en general hay que esperar”, señala Herrero. La vista humana necesita alrededor de 20 minutos para acostumbra­rse a la oscuridad y poder ver las estrellas.

Se aconseja estar sentado o tumbado de forma cómoda, en un lugar abierto, y fijar la mirada en un punto, en vez de ir mirando hacia diferentes lugares. Las Perseidas pueden surgir desde cualquier región del cielo.

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J.C. CASADO / INSTITUTO DE ASTROFÍSIC­A DE CANARIAS Habrá media luna, por lo que se verán mejor pasada la medianoche: a esa hora la constelaci­ón de Perseo, por donde aparecen los meteoros, estará más alta en el cielo

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