Santamaría: “Sánchez no coge el teléfono a Rajoy”
El líder del PP ofrecerá y pedirá un diálogo “constructivo”
Pedro Sánchez no es quién para criticar el calendario de la investidura –que en caso de fracaso sitúa las nuevas elecciones el día de Navidad–, porque ni siquiera se dignó a “coger el teléfono” cuando Mariano Rajoy quiso escucharle al respecto. Esto sostuvo ayer la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, en respuesta a las críticas del propio líder del PSOE y de toda la oposición por la elección de unas fechas que buscarían aumentar la presión a los socialistas para que, mediante su abstención en el pleno que arranca el 30 de agosto, posibiliten la continuidad de Rajoy.
Antes de que la presidenta del Congreso, Ana Pastor, fijara esa fecha tras haberla pactado con el propio jefe del Ejecutivo en funciones, Rajoy “intentó hablar con Sánchez y no lo consiguió”, explicó Santamaría. El objetivo de la llamada era precisamente “intercambiar opiniones” sobre la jornada más adecuada para la investidura. Al presidente le parecía “muy oportuno” recabar el punto de vista del líder del PSOE, máxime cuando se mantenía en un no que es “el primer paso hacia la repetición de las elecciones”. Pero no hubo caso. Y, para la número dos del Ejecutivo, esa “inhibición” del dirigente socialista le coloca “en una posición muy difícil para opinar” ahora sobre el calendario.
En ausencia de tal intercambio de pareceres –continuó la vicepresidenta–, se optó por un día de inicio del proceso y del conteo de plazos que, de salir adelante la investidura, permitiría cumplir “un calendario razonable” para nombrar nuevo gobierno y recuperar cuanto antes la “normalidad presupuestaria”; es decir, para aprobar con todas las de la ley el techo de gasto sin una tardanza que dañe gravemente a las comunidades autónomas y para contar con los presupuestos del 2017 a tiempo de cumplir los compromisos de contención y previsión del déficit contraídos con Bruselas.
Sáenz de Santamaría señaló que la otra fecha posible para alcanzar a tiempo esas metas era el 6 de setiembre, pero eso llevaría la eventual repetición de los comicios al día de Año Nuevo, una jornada aún peor que la de Navidad.
La vicepresidenta no respondió a la pregunta de por qué Rajoy se tomó una semana para someter al comité ejecutivo nacional del PP las condiciones sobre medidas anticorrupción y respecto a la propia fecha de la investidura que Albert Rivera le exigió a cambio de negociar el sí a su reelección. Y, de modo implícito, descartó la posibilidad de iniciar el proceso la semana que viene, como por ejemplo le pidió el portavoz del Partit Demòcrata Català, Francesc Homs, a fin de evitar la coincidencia con dichas celebraciones navideñas.
En su rueda de prensa ulterior a un Consejo de Ministros sin asuntos de gran trascendencia sobre la mesa, Santamaría puso el énfasis en el anuncio de la nueva llamada que, “con carácter inmediato”, Rajoy preveía hacer a Sánchez con vistas al debate de investidura. El presidente sería “constructivo”, subrayó, y lo mismo esperaba de su interlocutor.
La número dos del Ejecutivo no concretó qué pensaba ofrecer el presidente a Pedro Sánchez para persuadirle de que él y los otros 84 diputados del grupo socialista se abstengan en alguna de las votaciones previstas el 31 de agosto (elección por mayoría absoluta) y el 2 de setiembre (mayoría simple). En cambio, Santamaría se refirió al debate previo a las votaciones como “un momento muy oportuno para reflexionar sobre qué ofrece cada cual a los ciudadanos”. Si la oferta del PSOE sigue siendo el no a Rajoy, Sánchez “tendrá que explicar” a los españoles por qué toma el rumbo hacia unas terceras elecciones, dijo.
En un “momento clave” para la economía; si se piensa en el interés general y se quieren evitar esos nuevos comicios, los responsables políticos optarán por “dar una solución a este país, que lo necesita”, concluyó la vicepresidenta.
LA CULPA... El Gobierno culpabiliza a Sánchez de que se pueda acabar votando en Navidad
... Y LA JUSTIFICACIÓN
Ante la “inhibición” del PSOE se optó por fijar fechas en función de los presupuestos