Y después de Berlusconi... Berlusconi
TRAS SUFRIR UN ATAQUE AL CORAZÓN EN JUNIO, VENDER SU QUERIDO AC MILAN Y A UN MES DE CUMPLIR LOS 80, SILVIO BERLUSCONI HA DEJADO POR COMPLETO MEDIASET A SU HIJO PIER SILVIO, ‘DUDI’, DISCRETO Y EXCULTURISTA
La suerte de Silvio Berlusconi, tanto económica como política, siempre tuvo un papel de tornasol bastante despiadado por su inmediatez: los éxitos y los fracasos de su club de fútbol, el Milan. El empresario y ex primer ministro de Italia ha recordado muchas veces la emoción que sentía de niño cuando acudía a San Siro de la mano del padre y se quedaba hechizado por las proezas de los jugadores de antaño. En 1986, acabó comprándose el equipo entero. Fue la guinda de su epopeya de self
made man. El Milan siempre fue un juguete con sabor a fetiche, casi un amuleto.
Este año ha quedado séptimo en la liga y en el 2015 cerró con una deuda de 89 millones de euros. Un oráculo: a mediados de junio Berlusconi sufrió una operación de corazón que hizo temer por su vida y en agosto se esfumó una fusión que debía dar oxígeno a la cadena de televisiones de la familia, Mediaset. Los hijos le insistieron para que de una vez se deshiciera del club rossonero, que de símbolo de munificencia y éxito se había convertido en una voraz tragaperras.
El 5 de agosto, anunció que una compañía china pagaría 740 millones de euros por el equipo y se encargaría de capear una deuda de 220 millones. Un alivio para el expolítico, que en un mes cumple
Pier Silvio, 47 años, lleva una vida estable y está al mando de la familiar Mediaset en un momento delicado
80 años. Pero el cielo de los negocios de la dinastía de Berlusconi no se ha despejado.
Hace unos días llegó la noticia de que los franceses de la sociedad Vivendi no respetarían el contrato firmado con Mediaset que los comprometía a comprar la televisión de pago Premium. Fue un duro varapalo para el delfín Pier Silvio Berlusconi, vicepresidente y consejero delegado de Mediaset.
Hijo del fundador y de su primera mujer, Carla Elvira Lucia Dall’Oglio, como Marina, la delfina con actitud de tiburón que lleva la editorial más grande de Italia, Mondadori, el hermano menor (nació en 1969) no luce el mismo físico del empresario sin escrúpulos. Los amigos acuñaron para él el apodo bien poco agresivo de
Dudi, mientras su mujer Silvia Toffanin, que presenta una tertulia de sociedad y gente, le llama cariñosamente “pulga”.
Dudi tiene pasión por la televisión, el fútbol y el deporte. Cada día hace pesas y hasta mostró su físico de culturista en la revista
Men’s Health. A las 9 llega a la oficina y se queda hasta entrada la noche. De pequeño el padre le pedía consejos sobre cómo montar programas para chavales. Estudió Filosofía sin terminar la carrera porque siempre le interesó más trabajar en las empresas de comunicación y publicidad de la familia. Y, finalmente, en el 2000 se hizo con la vicepresidencia de Mediaset. Un diario afín a la familia, Il Foglio, escribió que es “el hijo que todo padre desea, el heredero con que todo Cavaliere sueña: siempre sabes en qué está metido y dónde”. Está muy vinculado a su hermana mayor, con la que confesó estar “en simbiosis personal y profesional”.
Pier Silvio cayó enamorado en Nochebuena del año 2000. “Silvia y yo nos encontramos en una cena de beneficencia del Milan. Fue un flechazo”. Viven juntos desde el 2008 y dos años más tarde nació su primer hijo, Lorenzo Mattia. Hacia el final de aquel embarazo, mientras ella estaba terminando su programa antes de empezar la baja por maternidad, él irrumpió en el plató con un ramo de rosas y le declaró su amor frente al público de la tarde. Siguieron lágrimas y un largo beso a favor de las cámaras. Y mucha emoción entre los jubilados y las amas de casa que ven Canale 5 en aquellas horas laborales. La pareja sigue siendo una de las más fotografiada por los paparazzi autóctonos. Este verano les pillaron en varios momentos de sus vacaciones en Portofino. Se vieron en las revistas y los programas del corazón –que a menudo especulan sobre por qué no dan el paso hacia el altar– paseando por la exclusiva localidad costera de Liguria, tomando el sol en su barco, haciendo mimos a la última llegada a la familia, Sofia Valentina, de pocos meses.
A pesar de su apodo escueto,
Dudi parece tener debilidad por los nombres dobles. También tiene una hija con la modelo Emanuela Mussida, que se llama Lucrezia Vittoria y ya es mayor de edad. Contó él: “Durante años la nuestra fue una relación complicada. Fui un padre ausente, quizás era demasiado joven. Por suerte hemos crecido los dos y estamos recuperando. Ahora pasamos horas charlando, de compras o escuchando música”.
De todas maneras, la vida privada de Berlusconi jr. parece menos movida que la del padre y sigue sin llamar la atención. Sólo en julio del 2014 su expresión de fe política asombró e indignó a los pesos pesados de Forza Italia, el partido de centroderecha fundado por el millonario. “Después de mi padre, Matteo Renzi es el mejor de los comunicadores. Soy fan de este Gobierno. Si no cae una gorda, va a durar veinte años. No entraré en política: el campo ya está ocupado por el mejor”.