El Barça golea al Betis (6-2) en el arranque de la Liga
El Barcelona se exhibe contra el Betis con el argentino participando en los seis goles
Tres goles de Suárez, dos de Messi y uno de Arda dieron el triunfo al equipo blaugrana, que fue muy superior.
Por dos semanas ha cedido las portadas, los elogios, la leyenda y las gestas a los astros de Río. Messi, que ganó el oro en Pekín 2008, sabe lo que significan unos Juegos Olímpicos, que se disputan cuatro años y cuya importancia trasciende, así que no le ha importado compartir su reino. Pero ahora que la cita toca a su fin, el rey reclama su trono. Se siente por Phelps y Ledecky. Es una lástima para Simone Biles y Usain Bolt. Pero en el estreno de la Liga, el diez del Barça los empezó a eclipsar con una actuación deslumbrante, con dos goles y participando en otros tres de su equipo, que arrolló al Betis. En el último, el sexto, se limitó a ponerse al lado del balón en una falta directa para despistar y que fuese Luis Suárez el que clavase el disparo a la red. El Barcelona ha podido hacer este verano una pretemporada que querría para él cualquier técnico del mundo. Con tranquilidad, con buen clima en el stage, sin gira comercial y con las dos últimas semanas con todos sus efectivos –excepto los dos brasileños que están en los Juegos–y los frutos se ven. Es agosto y el equipo está enchufado. Es la primera jornada y el Barça tiene las baterías cargadas. Aún debería estar rodándose y cogiendo la forma y ya está exhibiéndose. Ni siquiera se notó que hacía 66 horas que acababa de jugar contra el Sevilla en la Supercopa. Cuando la gente aún sigue de vacaciones con las chanclas (eso se notó en la entrada en el Estadi), el campeón está ya por lo que importa, por la labor de reeditar el título. Con Messi a la cabeza, alfa y omega.
En los prolegómenos del encuentro, el argentino, como capitán, y Andrés Iniesta, lesionado, recibieron de manos de Villar la copa de la Liga de la temporada pasada. Lo que vino justo después fue una declaración de intenciones de que quieren repetir, que la Liga se puede quedar a vivir en el Camp Nou. La goleada asegura que el campeón empiece como acabó, líder. Y con Luis Suárez, de pichichi, con un hat-trick, igual que en Los Cármenes de Granada.
Contra el Betis, todo el fútbol pasó por el diez. Jugó de extremo y mediapunta. Fue arquitecto, asistente y rematador. Fue base y pívot. Nadó espalda y estilo libre. Saltó de pértiga, en longitud y desde el trampolín. Se puso el casco de waterpolo y el stick de hockey hierba. Sus sláloms son como de aguas bravas y sus arrancadas, dignas de un velódromo. Lo suyo fue triatlón, pentatlón moderno y decatlón de toda la vida.
El Betis se vio desbordado y abrumado por un Messi tan completo y exuberante. El argentino inició la jugada del primer gol con una abertura clásica a Alba, que esperó la llegada de Arda. Después del doblete al Sevilla, el turco, sin Neymar, se ha aficionado a marcar y se postula como cuarto delantero a la espera de si llega o no el fichaje.
Luis Enrique y Poyet fueron dos de los medios más llegadores de los noventa. Pero curiosamente sus equipos son conjuntos hechos para la delantera, en los que el peso de los atacantes es total. El Betis hace tiempo que depende de Rubén Castro. Por su parte, no hay nada que defina mejor al Barcelona del asturiano que el tridente y, claro, Messi, que lleva ya trece Ligas marcando seguidas de blaugrana, una más que César Rodríguez.
El 1-1 de Castro, de falta en la que
EL CAMPEÓN YA ES LÍDER El Barça recibió el trofeo de la Liga pasada, y en la primera jornada y en agosto avisó que quiere repetir título EL NUEVO TRIDENTE Arda le coge el gusto a marcar y Luis Suárez empieza el torneo como lo acabó, con un ‘hat-trick’
Bravo pudo hacer más en su posible despedida, fue un espejismo. Porque Leo no paró hasta que se fabricó un golazo desde la frontal para desequilibrar. Y antes del descanso, lanzó a Sergi Roberto, cuyo centro lo remató cruzado Luis Suárez.
Pero lo que más impresiona de Messi es su voracidad. Con el partido sentenciado, dejó su huella en dos cabalgadas memorables. En una condujo el balón casi desde una área hasta la otra. De un córner en contra, el Barça creó un gol a favor. El crack hizo la pared con Arda antes de regalarle el gol al 9. No fue egoísta porque al minuto siguiente enganchó un disparo a la base del palo al que no llegó Adán. Messi es a la vez oro, plata y bronce.