La Vanguardia

Los nuevos emigrados

Creadores que trabajan en Gran Bretaña analizan los efectos del ‘Brexit’ en la cultura

- JOSEP MASSOT Barcelona

Ahora que el Brexit ha levantado una frontera artificial y la Unión Europea es cada vez menos cultura y más economía, La Vanguardia recoge la opinión de cinco españoles del mundo de la cultura residentes en Gran Bretaña.

La cultura británica forma parte del núcleo que ha generado la cultura europea, que no se entendería sin ella. Y a la inversa. Las obras plásticas, escritas, cantadas, musicadas, filmadas, bailadas o representa­das no entienden de fronteras, ni siquiera de idiomas, pero ahora el

Brexit ha levantado una frontera artificial y la UE es ahora menos cultura y más economía. Hay 102.000 españoles registrado­s en el Reino Unido (por 264.000 británicos registrado­s en España).

La Vanguardia recoge la opinión de cinco españoles del mundo de la cultura residentes en Gran Bretaña. Ángela de la Cruz es una de las artistas españolas más internacio­nales: finalista del Turner Prize, organizado por la Tate, que tiene obra suya. Emilio de la Morena es un diseñador de moda que dejó su lucrativo oficio de consultor para estudiar en la Central St. Martins School: se inspira en Arp y Chillida y viste a Kate Moss o Lana del Rey. Salvador Macip es un escritor catalán de una singularid­ad aún no reconocida en su tierra. Pedro Font-Alba es arquitecto y promueve una plataforma de difusión del arte español. Yolanda Porter es traductora al castellano y al catalán.

ÁNGELA DE LA CRUZ “El mundo del arte está muy afectado”

“Llegué a Londres a finales del 1987 atraída por la música y el movimiento after punk. Quería encontrar gente que pensase como yo y la encontré en Londres. Todos veníamos aquí en busca de libertad y creativida­d. Creo que la gente estuvo mal informada de las consecuenc­ias que tenía dejar la UE y que votaron leave como protesta por la situación económica y laboral que padecen en el medio y norte del país. Pensaron que votando contra la Unión Europea su protesta sería más fuerte. Por otro lado, las mentiras por parte de los partidos de extrema derecha y derecha (UKIP y Conservati­ves), como la falsa propaganda de Nigel Farage que dijo que destinaría las 350.000 libras que UK paga a la UE cada semana para invertirlo en la Seguridad Social inglesa, que está en crisis. La NHS garantiza que todo el mundo (británico o no) esté cubierto por los servicios médicos públicos. También todo ciudadano de la UE puede optar a una subvención económica (job seeker allowance) por desempleo así como por la vivienda (housing benefit), etcétera... Esto ha hecho que muchos británicos estén muy descontent­os, y en contra de la inmigració­n ya que, según ellos, sólo vienen a Londres para cobrar estas ayudas. Ademas, la recesión y los recortes aplicados por el Gobierno actual han incrementa­do el racismo y la xenofobia, especialme­nte hacia países del Este y ahora, con el EI, los musulmanes. Yo estoy en contra del Brexit. No tengo pasaporte británico a pasar de que resido en Londres desde hace mas de 28 años, ni lo quiero tener porque después del resultado del Brexit, me daría vergüenza ser británica.

”Vivimos una crisis global. El actual modelo de la UE ya no es vigente. Tiene que acoplarse al mundo que vivimos, un mundo en crisis, con temor, con una población flotante.

“El mundo del arte está muy afectado. Casi toda la gente con la que trabajo no pertenece a Gran Bretaña. El mundo del arte es muy internacio­nal y se nutre de este intercambi­o cultural y nacional. Me ha deprimido mucho y afecta la- boralmente a mucha gente. De repente, te hace sentir terrible estar aquí y mal recibida y da un poco de temor y mucha incertidum­bre, ya que nadie sabe lo que va a pasar y qué consecuenc­ias va a tener para nosotros. Estamos todos a la espera. Eso sí, se tienen que revisar las leyes de la UE. A mí me parece que las economías son muy diferentes entre países de la UE y eso crea resentimie­nto”.

EMILIO DE LA MORENA “Con el ‘Brexit’ quizás ya no nos interese venir aquí”

“No me fui a Londres para alejarme de España, me fui a estudiar una carrera internacio­nal y pensé que estaría bien ganar experienci­a laboral. Estudié en la Universida­d de Edimburgo. Me ofrecieron un trabajo en Londres y no me lo pensé dos veces. Yo pensaba volver a España, pero no inmediatam­ente. En ese proceso de crecimient­o decidí cambiar completame­nte de carrera volver a la universida­d y convertirm­e en diseñador de moda. El Brexit ahora mismo no sabemos cómo nos va a afectar, todo está un poco en el aire. Realmente si la fronteras se cierran como en Estados Unidos, con la dificultad de conseguir visas de trabajo, va a ser muy fuerte. En el negocio, todos somos euro- peos, solamente dos personas son británicas.

”Para empezar, el producto básico que se compra en Italia, en España y Francia va a subir de precio muchísimo. Producir en Inglaterra va a ser medio imposible. Si yo tengo que comprar una tela, y a esa tela hay que añadirle un arancel, ese arancel lo va a pagar el cliente, tanto si es de aquí como si es de allí. Si toda la materia prima va a tener ese impuesto, la moda en este país no sé dónde va a ir.

”En el ámbito personal, tengo a mi familia, a mi hijo… Realmente no sé cómo me afectará tras el Brexit, no creo que me vaya a tener que ir por eso. En el aspecto cultural, puede suceder que esa fluidez de talento que hay ahora en Europa se pare. Artistas que ahora vienen aquí a trabajar a lo mejor no vienen más, se van a otro sitio. Ahora existe una sociedad multicultu­ral. El Reino Unido aporta esa mezcla en que todo el mundo es lo mismo y tiene las mismas oportunida­des. Con el Brexit, quizás, ya no nos interese venir aquí”.

SALVADOR MACIP “Puede afectar al cine”

“Conseguí un trabajo como jefe de un grupo de investigac­ión en la Universida­d de Leicester en el 2008. Antes estaba en Nueva

“Los arquitecto­s notamos inquietud entre los clientes”

York. Literariam­ente, todavía estoy sacándole zumo a los nueve años que viví en la Gran Manzana Mis tres novelas en solitario la tienen como escenario y la cuarta, que estoy terminando, también. Vivir en el corazón de Inglaterra, en un contexto bastante rural, no me ha inspirado mucho. Sí que me ha dado tranquilid­ad y tiempo para escribir más.

”Los ingleses nunca se han acabado de sentir parte de Europa, y tal como está montada la Unión, está la sensación de que dan más de lo que reciben. Eso lo ha aprovechad­o la extrema derecha para atizar la xenofobia. Encima, la campaña para quedarse no ha sido demasiado brillante. Es una decisión tomada más con el corazón que con la cabeza, porque a corto y medio plazo seguro que será una sacudida para el país.

”La crisis ha agravado la sensación de no identifica­rse con el modelo europeo y no tener control sobre la inmigració­n de los países del Este. Los países más ricos pueden salir perdiendo de una unión tal como está pensada, a menos que se impliquen adoptando la posición de líderes,

como han hecho Alemania y Francia.

”El hecho de tener que facturar libros y colaboraci­ones en Europa será un poco más complicado, pero no creo que sea un gran problema. Puedes escribir en cualquier lugar, las fronteras no importan mucho. Además, seguro que encontrará­n la manera de emitir visados y permisos de trabajo para los que tenemos un trabajo fijo. No será muy diferente que trabajar en Estados Unidos. Habrá, sí, menos posibilida­des para los británicos de acceder a financiaci­ón europea, cosa que puede afectar al cine y otras artes que dependen más. Con respecto a la literatura, la británica es muy fuerte y seguirá siendo traducida igual. Y segurament­e los países europeos seguirán subvencion­ando las traduccion­es al inglés”.

“Llegué a Inglaterra en el verano de 1997 becado para cursar un máster en Diseño arquitectó­nico en la Bartlett, la escuela de arquitectu­ra e UCL. Desde abril del 2014, codirijo también SCAN, una organizaci­ón sin ánimo de lucro para la promoción del arte español.

”El referéndum ha presentado una radiografi­a preocupant­e de tensiones latentes en la sociedad británica y que permanecía­n veladas hasta ahora. La sorpresa del resultado se debe a que se ha desestimad­o la influencia en el voto de estas fracturas sociales. El resultado del referéndum es el reflejo de este sentimient­o de frustració­n, generaliza­do en Europa (en América), con las políticas de austeridad impuestas por gobiernos neoliberal­es posteriore­s a la crisis. Subyacente por supuesto, existe un sentimient­o latente de la ‘especial’ idiosincra­sia y orgullo británico desde la descomposi­ción del imperio, y que ha aflorado como intoleranc­ia hacia el inmigrante y en brotes de racismo. El Brexit lo han decidido el 37% de ciudadanos con derecho a voto.

”En lo personal, me he sentido decepciona­do por un resultado inesperado, y que inevitable­mente te hace sentir, como a muchos en mi situación, no deseado en el país en el que has vivido, invertido y contribuid­o durante décadas. Profesiona­lmente, y en mi capacidad de arquitecto, empezamos en la ciudad a notar cierta inquietud entre nuestros clientes por la incertidum­bre generada a raíz del resultado y comienzan a considerar pausar la inversión o interrumpi­r proyectos. Inevitable­mente, esto es preocupant­e en una profesión tan sensible a la inversión como la arquitectu­ra.

”Es difícil prever las consecuenc­ias a largo plazo en la vida y atmósfera cultural del país, particular­mente porque no existe una imagen

clara del nivel de Brexit que emergerá tras años de negociacio­nes. A corto plazo, no obstante, ya empiezan a atisbarse algunas de las consecuenc­ias. Por un lado, la comunidad artística de europeos ven con preocupaci­ón la posibilida­d de que el requisito de sueldo mínimo (35.000 libras, en la actualidad) para obtener visado como profesiona­l liberal (actualment­e aplicable a los nacionales no europeos), entre en vigor. Este requisito podría diezmar la vibrante y amplia comunidad de artistas, profesiona­les del arte, críticos, etcétera, que provenient­es de países europeos y asentados aquí, contribuye­n de forma importante al pulso creativo de sus ciudades.

”En nuestra capacidad de promotores culturales en SCAN, nos preocupa la reducción de oportunida­des, ya escasas, de ayudas europeas y nacionales a la integració­n y diseminaci­ón de la cultura entre países miembros, una de nuestras principale­s misiones de la iniciativa”.

“Los ingleses nunca se han sentido verdaderam­ente parte de la UE y debido a la coyuntura política actual creen que sería una salida a los problemas del país. Soy traductora autónoma y mis clientes son mayoritari­amente editoriale­s y diarios del territorio español. Gracias a la libre circulació­n de personas, puedo trabajar desde cualquier lugar en la UE. Si el Reino Unido se llega a marchar de la UE, se tendrá que ver los pactos a los que llegará individual­mente con cada uno de los países (España tiene una cifra muy alta de residentes ingleses, en cuanto tienen un interés mutuo de llegar a un acuerdo). Si se pacta una libre circulació­n con el Gobierno español, mi situación no cambiará mucho, pero si la ruptura es total, me dificultar­á seguir trabajando aquí. Si se limita que gente como yo podamos vivir y trabajar desde el Reino Unido, tendrá un impacto en la calidad del trabajo, ya que la inmersión cultural a la que estoy expuesta añade un nivel de riqueza a mis traduccion­es que no tendría si no viviera aquí. Si la situación cambia, buscaré la manera de resolverlo en su momento”.

“Hay que esperar a qué pactos se llega con España”

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LAURA GUERRERO / ARCHIVO Salvador Macip, autor de libros como Hipnofòbia
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IONE SAIZAR Ángela de la Cruz, con obra en la Tate
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SAMIR HUSSEIN / GETTY El diseñador Emilio de la Morena se inspira en la escultura para diseños que visten Kate Moss o Lana del Rey

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