Triunfo de las deportistas españolas
EL deporte español sale de los Juegos de Río de Janeiro con un notable éxito gracias a la consolidación del deporte femenino, que ha logrado al menos tres medallas de oro: la de la nadadora Mireia Belmonte, que además sumó un bronce, la de la jugadora de bádminton Carolina Marín y la de la piragüista Maialen Chourraut. Un acopio de triunfos sobresaliente, a falta todavía de conocer los resultados que consigan la saltadora de altura Ruth Beitia y la gimnasta Carolina Rodríguez. También muy meritorias son la medalla de bronce de la levantadora de pesos Lidia Valentín así como las de plata de la taekwondista Eva Calvo y de la selección femenina de baloncesto. Definitivamente, las mujeres españolas han entrado por méritos propios en el olimpo del deporte mundial.
El comportamiento de los deportistas españoles en estos Juegos de Río de Janeiro ha sido ya, al cierre de esta edición, el mejor después de Barcelona’92, si se tiene en cuenta el metal de las medallas. Hasta seis de oro, por encima de las de Londres’12 (3), Pequín’08 (5), Atenas’04 (3), Sydney’00 (3), Atlanta’96 (5) y Barcelona’92 (13). Un notable acopio de metales (trece, de momento) si se suman, a las seis doradas, las tres de plata y las cuatro de bronce conseguidas.
Cierto que ha habido decepciones en el atletismo, en el waterpolo, en la vela o en el hockey sobre hierba. Pero también ha habido actuaciones que destacar, aunque no hayan logrado medalla, como la de los ciclistas Joaquim Rodríguez y Jonathan Castroviejo, el velocista Bruno Hortelano, el marchador García Bragado, la tiradora Fátima Gálvez o la ochocentista Esther Guerrero. Las decepciones, que siempre las hay, han quedado más que compensadas por los extraordinarios triunfos de Belmonte y de Craviotto (dos medallas cada uno) y las encomiables actuaciones de Chourraut o el piragüista Marcus Cooper Walz. Pero allí donde el deporte español ha trascendido el éxito es en las actuaciones de Rafa Nadal y Carolina Marín. El primero, por su voluntad de recuperación tras una larga lesión que le hizo resurgir de forma épica para ganar el oro en dobles, junto a Marc López; y la segunda, por su capacidad ganadora, enfrentándose en solitario a la potencia de las asiáticas.
Muchos de esos triunfos pertenecen en exclusiva a los deportistas, que en una situación de crisis económica han tenido que poner mucho más de su parte. Conviene recordarlo a la hora de los parabienes para que los responsables del deporte multipliquen sus esfuerzos para encontrar nuevas vías de financiación. Es de justicia reclamarlo.