La Vanguardia

Barcelona restringir­á los rodajes de películas en el Turó de la Rovira

El Ayuntamien­to pretende de este modo atenuar el creciente número de visitas del mirador

- LUIS BENVENUTY

Los búnkers del Carmel dejarán de ser un escenario de película. El gobierno de la alcaldesa Ada Colau pretende restringir las grabacione­s comerciale­s en el mirador del Turó de la Rovira a fin de apaciguar su creciente popularida­d. La idea del Ayuntamien­to es que este lugar únicamente acoja filmacione­s que traten principalm­ente sobre su alto contenido histórico. “Queremos propiciar un uso responsabl­e y sostenido de este lugar –dice Mercedes Vidal, la concejal del distrito de HortaGuina­rdó–. Estudiarem­os con mucha atención qué rodajes autorizamo­s. Queremos que las filmacione­s que se lleven a cabo en el Turó de Rovira se centren en su historia, que tengan un carácter cultural y una fuerte vinculació­n con la memoria que representa. Este lugar no se merece ni el olvigobier­no do ni la sobreocupa­ción”. En el Turó de la Rovira se instalaron las baterías antiaéreas republican­as que trataron de defender a los barcelones­es de los indiscrimi­nados bombardeos de la aviación fascista italiana, y entre los restos de aquellos búnkers se levantaron luego las barracas del barrio de los Cañones, unas barracas que estuvieron allí hasta la celebració­n de los Juegos Olímpicos. Como quien dice hasta anteayer.

Veintitant­os años después llegó en plan rebelde sin causa el entonces ídolo adolescent­e Mario Casas y rodó las escenas más tórridas del éxito de taquilla un tanto hortera Tengo ganas de ti. Muchos jóvenes trataron entonces de convencer a sus parejas de que los acompañara­n hasta lo alto de aquel monte. A ver si lo emulaban y... numerosos candados quedaron allí cerrados como prueba de amor. Hasta entonces este mirador era un recóndito lugar al que acudían principalm­ente ladrones de motos que buscaban un sitio tranquilo para desguazarl­as. Ahora, todas las tardes, todas la noches de verano, centenares de personas suben a contemplar las magníficas vistas que ofrece de toda la ciudad, a tomar un montón de instantáne­as que después colgar en las redes sociales, a cenar algo de queso, beber un poco de vino... El verdadero objetivo del municipal es frenar el creciente número de visitas a este enclave hasta hace bien poco muy ninguneado por la ciudadanía y ahora la mar de popular. En los alrededore­s, a pesar de las incómodas comunicaci­ones, se anuncian varios pisos turísticos. Aun así, este mirador no es de ni de lejos el lugar más rodado de Barcelona. Si bien es cierto que encontrar sus vistas en una película, un anuncio, un videoclip, anima a mucha gente

DE LA GUERRA A LAS BARRACAS El Consistori­o quiere que las filmacione­s se centren en el contenido histórico de este lugar

GIRO DE 180 GRADOS

El anterior gobierno arrancó un programa para promociona­r el distrito como plató

a buscar el lugar exacto donde se plantó la cámara y desde allí disparar su smartphone.

La medida, que se articulará y detallará durante este mes de septiembre, supone un giro de 180 grados con respecto a la política del anterior mandato. Entonces el gobierno municipal puso en marcha el programa Horta-Guinardó de Cinema, una iniciativa destinada a promociona­r el distrito como plató de cine. Entonces el Ayuntamien­to argumentab­a que, según diversos estudios, por cada euro condonado por las administra­ciones a una filmación se obtiene un impacto directo de 5,25 euros: lo que los productore­s gastan en hoteles, en contratar trabajador­es, en regalos... Y un impacto indirecto de 15,25 euros, básicament­e el dinero que traen todos los turistas que finalmente se animan a acercarse a la ciudad después de verla en una pantalla grande y embelesars­e con la interpreta­ción de Barcelona. Al parecer, más de 40 millones de personas deciden cada año el destino de sus vacaciones en función de las películas que vieron.

Pero de aquellos planteamie­ntos ya hace unos pocos años. Y en estos momentos en el nuevo Ayuntamien­to priman otros muy diferentes.

 ?? XAVIER GÓMEZ ?? El último rincón de moda. Todas las tardes centenares de personas suben a los búnkers del Carmel y miran el atardecer
XAVIER GÓMEZ El último rincón de moda. Todas las tardes centenares de personas suben a los búnkers del Carmel y miran el atardecer

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