Trias pide una buena negociación para acabar el proyecto
El jardín que ayer abrió sus puertas es el resultado de un acuerdo alcanzado entre los vecinos y el Ayuntamiento de Barcelona en el año 2006, cuando entonces aún no había ni el cajón ferroviario sobre el que ahora crecen árboles. El teniente de alcalde convergente Antoni Vives, en el 2012, trató de modificar el proyecto pactado anteriormente pero, tras un año y medio de negociaciones, la presión vecinal le obligó a rectificar. “Se perdió un tiempo pero el resultado ha sido muy positivo para los vecinos, ha quedado excelente”, valora el entonces alcalde Xavier Trias. Durante su mandato se ejecutaron las obras de la calle Antoni Capmany y los pasos inferiores bajo las vías. Era la primera fase de la urbanización de la zona. La segunda es el jardín ahora inaugurado. Los trabajos empezaron hace 23 meses y han supuesto una inversión municipal de 22,2 millones de euros. Ahora queda la tercera fase, la que afecta a diversas fincas que deben ser expropiadas y a la casa okupa de Can Vies. Consciente de los antecedentes, Trias pide “una buena negociación alejada de criterios viscerales en la que no se maree la perdiz y sean los vecinos los que lleven la voz cantante”.