‘Bous’ en el dique seco
Alcanar vive con indignación el veto a su costumbre de hacer caer los toros en el mar durante las fiestas
La fuerte presión de las entidades animalistas contra la celebración en las Terres de l’Ebre de los tradicionales actos taurinos ha obligado a mutar las fiestas con bous de Les Cases d’Alcanar (Montsià). Ante la indignación de la mayoría de los vecinos y del propio Ayuntamiento, por primera vez en 40 años el municipio canareu ha vivido sus fiestas, que acabaron ayer, sin su modalidad más propia de los correbous, los denominados bous a la mar .Niun solo animal ha acabado en el agua.
Una sentencia judicial y un expediente sancionador de la Generalitat aún sin resolver han forzado al Consistorio a eliminar la controvertida modalidad de su programa festivo, que ha mantenido ocho días seguidos de toros, pero en seco. De no haber acatado la decisión del juez, el gobierno local advierte que podría haber sido acusado de prevaricar.
El Consistorio descartó repetir la medida adoptada el pasado año, cuando se decidió crear un recinto con barreras dentro del agua, junto al puerto, para cumplir, a su entender, con la ley catalana de los correbous, que exige a los organizadores celebrar los actos taurinos en recintos cerrados.
Sin el supuesto atractivo de ver los enormes bóvidos bañándose junto al recinto taurino portuario, han sido este año muchos menos los aficionados, turistas y curiosos que han visitado el pueblo costero para asistir a los bous. “Económicamente nos ha perjudicado mucho, es un motor turístico. El atractivo era el mar, no podemos competir con tantas poblaciones que celebran bous estos días en plazas más grandes”, dice Mercè Fischer, concejal de Fiestas.
El Ayuntamiento confía en poder reconducir la situación y recuperar los bous a la mar el próximo verano, si es necesario batallando judicialmente. “Los vecinos están muy indignados, nadie lo entiende, la ley de los correbous de 2010 recoge los bous en la playa de Les Cases d’Alcanar”, recuerda Fischer. Tanto la comisión taurina local como el gobierno local (ERC) atribuyen la situación a la presión ejercida por las entidades animalistas, a las que acusan de haber aprovechado un vacío legal y un defecto de ley.
Sin la fuerza ejercida por los antitaurinos en los últimos años, con reiteradas denuncias por presuntas irregularidades y maltrato animal, incluidas las agresiones a dos animalistas este año, aficionados y Consistorio sostienen que la Generalitat ya habría resuelto a su favor el expediente sancionador. El Gobierno catalán alerta que aún puede pasar tiempo.
Los organizadores, con el propio Ayuntamiento a la cabeza, aseguran que los toros no sufren ningún maltrato cuando caen al agua. El Consistorio recuerda que en el puerto hay una rampa instalada para favorecer la salida de los toros del mar y que además una embarcación está preparada para auxiliar a la bestia. Los organizadores dicen que ningún animal se ha ahogado y que un veterinario certificó en el 2015 que el toro “no sufría estrés”.
Por si los aficionados a los bous
El Ayuntamiento ha mantenido ocho días de festejos taurinos, que, sin agua, han atraído a mucho menos público
no llevaran ya suficiente disgusto encima en Alcanar, el viernes, en el penúltimo día de fiestas, los animales no pudieron salir a la plaza ni se pudo embolar al toro de la noche porque la ganadería no había tramitado los permisos ante la Generalitat. El Consistorio decidió con la comisión taurina que ni las vaquillas ni el toro saliesen a la plaza “para respetar escrupulosamente la ley”. Junto al recinto portuario, en la pequeña plaza cerrada para evitar que ningún animal se precipite al mar, los aficionados tuvieron que pasar el rato con juegos varios y un toro, de plástico y con una rueda.