La Vanguardia

El cuento llega a su final

Gasol busca otra medalla en su presumible adiós olímpico

- JUAN B. MARTÍNEZ Río de Janeiro

El cuento llega a su fin. Cuando Tokio encienda el pebetero en 2020 Pau Gasol será ya un cuarentón. Quién sabe si todavía tendrá arrestos para competir en los que serían sus quintos Juegos Olímpicos porque le encanta jugar con España cada verano, pero la edad no perdona y a cuatro años vista es difícil pensar que el de Sant Boi todavía sea el líder del equipo para entonces. Es decir que esta tarde (16.30 horas) se puede cerrar el cuento olímpico para Pau, lo cual no quiere decir que no esté el próximo curso en el Eurobasket. Pero no sólo para él debe ser especial el encuentro por el bronce ante Australia, sino para dos de sus grandes compañeros de fatiga, Juan Carlos Navarro y Felipe Reyes.

Los tres son de la generación del 80, la de los júniors de oro que estallaron ganando el Mundial de la categoría en 1999 y que han encabezado la mejor época de la historia del baloncesto español.

Tras superar a Epi como máximo anotador de la selección y convertirs­e también en el tercer artillero del baloncesto olímpico, sólo por detrás de Andrew Gaze y de Oscar Schmidt, Gasol persigue su décima medalla con España, la tercera consecutiv­a en unos Juegos y la segunda de bronce tras 4 oros y 4 platas. “Una medalla olímpica siempre es una medalla olímpica y vamos a ir a por ella. No me siento al cien por cien pero puedo ayudar al equipo”, asegura el pívot, que terminó alicaído tras las semifinale­s ante Estados Unidos porque esta vez lo veía “más batible”. “Veníamos a luchar por el oro y estamos un poco tristes pero intentarem­os dar un rendimient­o extra si cabe por subir al podio y por estos compañeros que igual cierran su experienci­a olímpica”, confiesa a este diario Sergio Llull.

Como dicen Sergio Scariolo y Juan Carlos Navarro, ahora toca levantarse. Ni que sea para darse un homenaje final como generación. “Este equipo merece acabar bien porque no sé si nos volveremos a juntar un grupo como este. Tenemos que reconstrui­r todo el equipo y jugar un baloncesto con buena defensa e intentar ganar el último partido como sea”, afirma el blaugrana.

Mientras, el selecciona­dor hace incidencia en que el equipo todavía puede cumplir con lo que venía a buscar a Brasil. “Desde que ganamos el Eurobasket nuestra misión era lograr una medalla y estamos a un paso de completarl­a. Sería histórico por la continuida­d del éxito en el tiempo y el equipo está comprometi­do. No creo que muchos hayan

subido al podio tres veces seguidas”. Si para las semifinale­s sembró las dudas sobre la presencia de Gasol, en esta ocasión Scariolo fue más claro. “Pau apretará los dientes, se pondrá en manos de los fisios, y liderará al equipo. Sabe cuándo puede ser brillante y cuándo ser útil”.

Su presencia es muy necesaria por mucho que Australia tuviera una actuación calamitosa contra Serbia. En el equipo aussie militan dos exbarcelon­istas, como Joe Ingles y David Andersen, amén de jugadores con presencia en la NBA como Dellavedov­a, Bogut, Mills o Baynes. “Son un equipo con mucho talento físico y grandes tiradores. Querrán desquitars­e de la abultada derrota que sufrieron ante Serbia. Va a ser duro y más a esa hora (11.30 de la mañana en Brasil)”, explica a

La Vanguardia Sergio Rodríguez. Sólo aterrizar en Río España y Australia disputaron un partido de entrenamie­nto sin marcador y sin tiempo. “Ese día nos dieron un aviso de su calidad”, opina Scariolo, que afirma que ha tomado como referencia “el resto del torneo y no su mal día ante los serbios”. “Antes de esa derrota nadie quería verlos ni en pintura. Para pararles hemos de ir al límite de la intensidad física que nos quede”, añade el selecciona­dor. Sin el oro, España busca motivos que alimenten su hambre. Seguir en el podio y homenajear a los que han sido sus puntas de lanza son razones más que suficiente­s.

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