Jeremy Shuler
Tiene edad de estudiar secundaria pero Jeremy Shuler cursa Ingeniería en la Universidad Cornell; es el alumno más joven de la elitista Ivy League
EL ALUMNO MÁS JOVEN DE CORNELL
Con 12 años, edad de cursar secundaria, Shuler ha empezado a estudiar Ingeniería en la Universidad Cornell, en Nueva York. Es el alumno más joven en ingresar en una universidad de la elitista Ivy League estadounidense.
Con apenas dos años, Jeremy Shuler era capaz de leer en inglés y coreano –los idiomas de sus padres– y a los cinco años ya se interesaba por tratados de matemáticas. Su mente brillante le ha permitido superar a zancadas las diversas etapas académicas y ahora, con sólo 12 años, este niño prodigio acaba de estrenarse como estudiante de Ingeniería en la Universidad Cornell, en Nueva York. Es todo un récord, ya que se trata del estudiante más joven que llega a las aulas de la Ivy League, el club elitista de las ocho universidades privadas del noreste de Estados Unidos, que comparten criterios académicos de excelencia, antigüedad y admisión selectiva.
Para acompañarle en su nueva travesía, los padres de Jeremy, ambos ingenieros aeroespaciales, se han mudado con él desde Grand Prairie, Texas, a Ithaca, Nueva York. La madre ya había dejado su trabajo para ocuparse del chico a tiempo completo, preocupada por la diferencia entre su madurez emocional, que es la que corresponde a sus doce años, y su inteligencia, muy superior. En realidad, por capacidad intelectual hubiera podido entrar en la universidad dos años antes, pero no fue posible porque le faltaba el título de secundaria.
En el 2014, cuando tenía 10 años, Jeremy superó la prueba de admisión universitaria SAT (Scholarship Aptitude Test), en la que obtuvo la calificación más alta que el 99,6% de los alumnos de ese año, según informó The Washington Post, con óptimos resultados en matemáticas, ciencias, historia y latín, demostrando así que estaba listo para el grado de Ingeniería. “Es un estudiante muy aventajado para su edad y demostró una increíble habilidad para aprender a nivel universitario”, valoró Lance Collins, decano de Ingeniería en Cornell. Sin embargo, hacía falta superar el trámite de la enseñanza secundaria. Sus padres lo matricularon en un programa on line en una Universidad de Texas y lo obtuvo en poco más de un año.
Ya como alumno de Cornell, Jeremy ha manifestado que se ha adaptado muy bien a su nuevo entorno. “Al principio estaba nervioso, pero ahora estoy mucho más entusiasmado”, ha explicado. En realidad, estaba habituado a tener compañeros mayores que él y se sentía más cómodo que con los chicos de su edad. De niño, sus padres vieron pronto que no encajaría en el parvulario y, aunque se preocupaban porque se socializara con niños de su edad, para alguien que a los cinco años ya se había leído El señor de los anillos sus coetáneos no le despertaban demasiado interés. “En el patio se sentía un bicho raro entre los otros niños que corrían gritando –explicó su madre–, pero cuando le llevamos al Círculo de Matemáticas se mostró muy social; necesitaba a alguien con intereses similares”. Jeremy encontró a sus mejores amigos –mayores que él– en esos grupos de discusión matemática. “Como dice mamá, todos los chicos que había en el campus de matemáticas eran mayores que yo, así que estoy acostumbrado a tener amigos de más edad; mientras les gusten las matemáticas”, asegura.
Sobre las clases, Jeremy Shuler ha asegurado que de momento la materia es fácil, pero que sabe que pronto se complicará. Ese es un punto clave para su éxito, según Joe Bates, investigador en el campo de la inteligencia artificial y él mismo alumno precoz de la Universidad Johns Hopkins, donde ingresó con 13 años. Bates ha asegurado que para él fue “liberador” llegar a la facultad después de aburrirse en la escuela, sin embargo, descubrió lo que era sentirse “angustiado” con los estudios. “Si tuviera que darle algún consejo a Jeremy, le diría que ya no será como hasta ahora, que podía hacerlo todo, y le diría que pida ayuda cuando vea que no llega”.