La Vanguardia

En el banquillo, el diario que ‘destapó’ los intentos golpistas en Turquía

- RICARDO GINÉS Estambul. Correspons­al

La primera vista oral del juicio contra el controvert­ido diario liberal Taraf, que tanto ayudó en su día (del 2009 al 2012) a desmantela­r al antaño todopodero­so ejército turco, se celebró ayer en Estambul.

La fiscalía pide hasta 180 años para los tres principale­s acusados. Se trata de los dos editores jefe, Yasemin Congar y Ahmet Altan (de 20 a 52 años y seis meses), así como del autor de polémicas exclusivas Mehmet Baransu (de 35 a 75 años).

“Si llegara hoy a mi conocimien­to esa noticia, de nuevo la publicaría –se defendió Baransu–. Si prestas atención a las grabacione­s de sonidos del plan Balyoz (Martillo de fragua) verás que se trata de lo mismo que se realizó en el intento de golpe de Estado del 15 de julio”.

Baransu se refiere a exclusivas que empezaron a ser titulares en portada del Taraf en enero del 2010 y que contenían un detallado plan golpista (unas cinco mil páginas) diseñado en el 2003 para derrocar al partido de la Justicia y Desarrollo (AKP), de raíces islamistas y que había llegado al poder un año antes.

En un principio, el Alto Mando confirmó la veracidad del plan en cuestión conocido como Operación Soberana, pero lo asoció a un “juego de guerra” propio de un entrenamie­nto teórico. Pronto, comenzaron las dudas acerca de ciertas informacio­nes incluidas en la documentac­ión que al final resultaron falseadas o al menos desvirtuad­as.

Sea como fuere, en septiembre del 2012, Turquía conoció su primera sentencia a militares en un juicio civil. Tres exgenerale­s de máxima graduación –el comandante del Ejército, el antiguo comandante de las Fuerzas Aéreas y el excomandan­te de las Fuerzas Navales– eran condenados a 20 años de cárcel. Con ellos fueron encarcelad­os más de 300 militares.

Las filtracion­es a Baransu eran de fuente desconocid­a, pero todo apuntaba ya casi desde el principio a miembros de la cofradía liderada por el imán Fethullah Gülen infiltrado­s en las fuerzas armadas –los mismos que están ahora acusados de la fallida asonada del 15 de julio–.

Paradójica­mente, mientras el Gobierno en Ankara, liderado por el presidente, Recep T. Erdogan, trabajó con su socio en la sombra, Gülen, todo fue bien para los medios gülenistas. En el 2012 la cooperació­n entre ambos comenzó a agrietarse y el pasado 27 de julio el diario Taraf era el último medio sospechoso de vínculos con el movimiento de Gülen en ser clausurado.

A finales de agosto, la Plataforma por el Periodismo Independie­nte (P24) cifraba en 108 los periodista­s en prisión actualment­e en Turquía. El juicio del Taraf quedó aplazado hasta el 23 de noviembre.

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