Muere Islam Karímov, el ‘eterno’ presidente de Uzbekistán
La república exsoviética de Uzbekistán, en Asia Central, celebró anteayer el 25 aniversario de su independencia y su presidente, el eterno Islam Karímov, no salió a bailar una danza tradicional como cada año. Seis días antes, el hombre que había creado uno de los regímenes más cerrados de la región, denunciado por las organizaciones de derechos humanos, había ingresado en el hospital tras sufrir un derrame cerebral. Varios medios le dieron por muerto hace días, aunque la confirmación oficial sólo llegó ayer con un comunicado del Gobierno y el Parlamento uzbekos.
El entierro de Estado se anunció para hoy, y se celebrará en su ciudad natal, Samarkanda. Horas antes del comunicado oficial, varios medios filtraron que líderes de los países vecinos se estaban trasladando a Uzbekistán, como era el caso del presidente de la vecina Kazajistán, Nursultán Nazarbáyev. Una indicación de que el fallecimiento se había producido ya o de que era inminente.
Según la constitución de Uzbekistán, el presidente del Senado, Nigmatilla Yuldáshev, asumirá ahora el poder de forma interina hasta las próximas elecciones presidenciales, que han de celebrarse antes de tres meses.
En un país en el que no existe oposición, la sucesión queda en manos de los clanes del poder. Las dos hijas de Karímov, Gulnara y Lola, que mantenían relaciones tensas con su padre, quedan prácticamente descartadas. El principal favorito es el actual primer ministro, Shavkat Mirziaiev, de 59 años, que además presidió las celebraciones del día de la independencia y hoy se encargará de organizar los funerales en Samarkanda.
Los otros pretendientes podrían ser Rustam Inoyatov, que dirige los servicios de inteligencia y tiene 72 años; y Rustam Azímov, viceprimer ministro y ministro de Finanzas, de 56.
Islam Karímov, que tenía 78 años, gobernaba Uzbekistán desde 1989, primero como jefe del Partido Comunista local y después de 1991 como presidente de la nueva república independizada de la URSS. Luego ganó todas las elecciones presidenciales, con un apoyo siempre superior al 85 %.
Su autoritario régimen ha eliminado a lo largo de los años a la oposición política, a la prensa independiente y a las organizaciones de derechos humanos mediante asesinatos, cárcel o exilio. En el episodio más conocido, cientos de personas, incluidas mujeres y niños, fueron tiroteados en el 2005 durante una protesta pacífica en la ciudad de Andiján.