Lo que sí es evitable
En primer lugar, mis sentidas condolencias a las familias italianas que en este gran terremoto de los Apeninos centrales lo han perdido todo, familiares, casa, bienes y también la esperanza.
El planeta Tierra tiene sus propios movimientos en forma de terremotos y volcanes, eso es inevitable. Lo que sí es evitable es que en un lugar de grandes movimientos sísmicos las casas no se construyan de manera que puedan resistir los temblores de la Tierra. Parece ser que, en todos esos pueblos de las cercanías de Amatrice, las casas que se construyeron teniendo en cuenta el riesgo sísmico no se han derrumbado, como no se derrumban en Japón, donde sí lo tienen en cuenta. Y la indignación surge cuando una se da cuenta, por enésima vez, de que las personas con gran poder adquisitivo se pueden permitir esas construcciones, mientras que las personas de economías modestas han de correr todos los riesgos y se juegan la vida porque no tienen otra opción. Y ahora ha sido así una vez más, con una gran pérdida de vidas.
Yo no sé si el capitalismo salvaje que nos rige se arreglará algún día, pero lo que es seguro es que, si no se afronta la corrupción, el despilfarro de los recursos y la locura de crear necesidades ficticias con tal de que algunos espabilados se llenen los bolsillos, las capas sociales más económicamente modestas seguirán pagando todas las consecuencias de esos desastres. Son desastre naturales, es cierto, pero las consecuencias para la población no deberían ser tan injustas. Los estados están para redistribuir la riqueza que se produce y no para figurar ni para celebrar grandes cumbres con todo lujo de detalles.
No es así la democracia ni se inventó para que lo fuera, sino que es justamente al revés. Las empresas crean riqueza y los estados deben vigilar que esas riquezas estén bien distribuidas y no amontonadas en unas pocas manos.
Y por encima de todo, y sabiendo lo que ya sabemos respecto a los movimientos sísmicos, es necesario que las construcciones en todas esas áreas de riesgo se hagan para aguantar los temblores de la Tierra y para preservar la vida de las personas, de todas las personas.