La Vanguardia

El día a día de Barcelona cuesta a cada vecino 1.352 euros al año

Un innovador mecanismo de cálculo permite conocer el precio real de los servicios municipale­s

- DAVID GUERRERO

¿Cuánto cuesta plantar un árbol? ¿Y reponer un contenedor? ¿Y una intervenci­ón de los bomberos por una alarma infundada? ¿Y…? Todas las actuacione­s y servicios municipale­s tienen un coste muchas veces desconocid­o por los ciudadanos, los funcionari­os y el propio Ayuntamien­to.

Un nuevo modelo de cálculo, que no sólo incluye los costes directos, como hasta ahora, sino también los indirectos, permite conocer estos y otros muchos datos con más exactitud. Esta nueva herramient­a, según la cual el coste total por habitante y año de los servicios del Ayuntamien­to es de 1.352 euros y cuatro céntimos, también permite saber cuánto diplantaci­ón nero se destina a cada área (a Cultura, por ejemplo, 98,22 euros por ciudadano y año) e incluso cuánto cuesta la cabalgata de Reyes (0,80 céntimos por ciudadano) o las fiestas de la Mercè (2,96 euros). Antes sólo se conocían las partidas presupuest­arias de cada servicio, pero este sistema no se aproximaba al coste real. Fuentes municipale­s apuntan que fijarse sólo en la partida del presupuest­o supone el 15% del coste real, mientras que el nuevo sistema de cálculo se acerca al 80%. El nuevo método se denomina ABC y responde a las siglas Activity Based Costing.

Este sistema es más completo porque incorpora los costes directos y los indirectos de todas las actividade­s. También repercute todos los costes de estructura del Ayuntamien­to, con un peso capital en el precio final. Para hacer funcionar una guardería, por ejemplo, hay unos costes relacionad­os de informátic­a, administra­tivos y personal de otras áreas, normalment­e ignorados y que se deberían tener en cuenta.

El sistema ABC se utiliza en el sector privado desde hace años. La multinacio­nal estadounid­ense HP lo implantó en 1993 y varias compañías de seguros imitaron su ejemplo después. Ahora Barcelona se convertirá en la primera gran administra­ción española en dar el paso, aunque el primer Ayuntamien­to en utilizar el modelo fue el de Sant Cugat. Precisamen­te de Sant Cugat procede profesiona­lmente Jordi Ayala, gerente de Economía del gobierno de Colau e impulsor de la im- del sistema en la capital catalana. “Ha sido todo un reto”, reconoce. “Primero para absorber toda la informació­n y luego para hacerla comprensib­le con indicadore­s de costes por usuario de los diferentes equipamien­tos y servicios municipale­s”.

Por poner otro ejemplo, los museos del Ayuntamien­to suponen una inversión más o menos rentable, en función de sus visitantes. El castillo de Montjuïc cuesta 2,95 euros por visitante. En el otro extremo, el Museu Marès llega a los 54,03 euros. Ambas instalacio­nes cuestan unos dos millones al Ayuntamien­to, la diferencia es que por el castillo pasan 670.526 personas al año y en cambio por el Marès sólo 38.707.

Otro aspecto importante es la tasa de cobertura, que incluye otra variable: lo que pagan los propios usuarios de manera directa. No se tienen en cuenta los ingresos que provienen de impuestos municipale­s ni de transferen­cias del Gobierno central y del catalán, únicamente se basa en los ingresos vinculados al servicio. Esto permite ir un paso más allá y calcular el porcentaje de cada apartado que se cubre con los ingresos de los usuarios.

Veamos más ejemplos. Los usuarios del Bicing cubren aproximada­mente uno de cada cuatro euros de lo que cuesta el servicio al Ayuntamien­to. Sumados los costes directos e indirectos, se le dedican más de 20 millones anuales mientras que la aportación del usuario son cinco millorar nes. En el otro lado de la balanza está la gestión de la zona azul y verde, con una tasa de cobertura superior al 100%, lo que significa que el Ayuntamien­to gana dinero ya que este servicio le cuesta casi 26,8 millones pero ingresa 36,6.

La grúa municipal, en cambio, no se llega a cubrir con el importe de las multas. Uno de cada cuatro euros de lo que cuesta la grúa lo pone el Ayuntamien­to. Aquí radica la importanci­a del nuevo sistema: con la anterior contabilid­ad se considerab­a que la grúa costaba 19 millones; con el actual –una aproximaci­ón más realista y que puede llevar a planteamie­ntos como si es necesario o no mantener la zona azul de pago durante agosto o si las tasas de la grúa se deben mantener o hay que subirlas– el cálculo es de 22 millones.

Con estos datos en la mano, el equipo de gobierno puede valo- también la rentabilid­ad de las inversione­s y analizar si vale la pena dedicar más dinero o menos a según qué apartados. Cuando el análisis lo realizan las empresas se basan puramente en la productivi­dad y la rentabilid­ad económica. En el caso de la administra­ción pública deben tener en cuenta otras variables, ahí entra el trabajo de los políticos. El teniente de alcalde de Economía, Gerardo Pisarello, considera que esta es “una magnífica herramient­a de gestión política y técnica”. El nuevo sistema, agrega, “ayuda a los gestores municipale­s a tomar decisiones y a saber qué coste tienen”. Resulta útil para los gestores directos de cada área, pero también para quienes cuadran los números. El gerente Jordi Ayala apunta que, entre otras cosas, ayuda a detectar “estructura­s sobredimen­sionadas”.

Los presupuest­os sólo incluían las partidas destinadas a cada servicio consistori­al

El nuevo sistema tiene en cuenta también los costes indirectos para dar cifras más exactas La nueva forma de contabilid­ad delatará las prioridade­s de los gobiernos municipale­s

Y los ciudadanos sabrán cuánto cuestan las obras del Grec o los árboles de su calle

El sistema se ha realizado con los datos del año pasado pero también se ha aplicado a los números del 2014. Teniendo en cuenta que los dos años se correspond­en a presupuest­os del gobierno de Xavier Trias no hay todavía margen de comparació­n. Tampoco lo habrá apenas con los números del 2016, que fueron una prórroga con una modificaci­ón presupuest­aria. De cara al futuro sí que abre la puerta a ver cuáles son las prioridade­s de cada gobierno, si se destina más dinero a una cosa o a otra. “Si se subvencion­a más la butaca del Liceu que una guardería. Y los resultados –asegura el gerente municipal de Economía– serán claros”.

El sistema ABC también permite comparar por distritos la inversión municipal en el mantenimie­nto de la vía pública, el alumbrado o los centros cívicos. “Es una herramient­a de transparen­cia que abre la puerta a una mayor fiscalizac­ión de la administra­ción y que se enmarca en nuestra mejora de la transparen­cia presupuest­aria”, dice el teniente de alcalde Pisarello.

Por eso, el siguiente paso es hacer públicos todos los datos. El documento interno con el que trabajan los técnicos municipale­s contiene un resumen de 542 páginas en el que se agrupan los números globales y más destacados. El reto que marca Pisarello es el de “crear herramient­as que ayuden a hacer más asequibles y comprensib­les los datos” para que puedan ser consultado­s con facilidad y ayuden a explicar los costes de los diferentes servicios y de esta forma “correspons­abilizar al ciudadano”, en palabras del teniente de alcalde. Que la gente sepa cuánto le cuesta tener limpias las calles, el funcionami­ento de la guardería pública o las obras de teatro del Grec.

Más de un centenar de personas han aportado datos desde diciembre hasta junio, han recopilado partidas y procesado la informació­n para llegar hasta aquí. Jordi Ayala ha estado acompañado del director de servicios de gestión de costes, Carlos Salanova, y del director de política fiscal, Carlos Vivas. Han sudado tinta pero ahora muestran con orgullo el dossier de más de 500 páginas que resume el trabajo hecho.

La ley de transparen­cia obliga a cumplir en el 2018 como muy tarde con los detalles de los costes de todas las actividade­s que prestan las administra­ciones públicas. La apuesta decidida de Barcelona en esta materia deberá ser seguida por el resto de ayuntamien­tos, que no tendrán más remedio que tomar medidas en la misma dirección en los próximos dos años.

El primer municipio en copiar este sistema del sector privado fue Sant Cugat del Vallès

Antes del 2018 todos los ayuntamien­tos deberán seguir los pasos de Barcelona

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