El Govern se desentiende de la Seseña de Arenys de Mar
La Agència de Residus alega que la retirada de los 5.000 neumáticos abandonados en una finca corresponde sólo al Ayuntamiento
La alcaldesa de Arenys de Mar, Annabel Moreno, y la concejal de Medio Ambiente, Laia Martín, se llevaron ayer una decepción por la negativa de la Agència de Residus de Catalunya. El director de esta entidad, Josep Maria Tost, rechazó sufragar la retirada de los más de 5.000 neumáticos que desde hace más de diez años se acumulan en una finca, con los riesgos de polución, incendio y contaminación química para el vecino parque natural del Montnegre-Corredor.
La Agència de Residus, que depende de la Generalitat, aduce que “por ley no puede colaborar económicamente con los municipios en acciones que les son propias, como la gestión de los vertidos”. Sin embargo, sí se muestra dispuesta asesorar sobre las acciones que el Consistorio debe emprender, e incluso se ofrece a mediar con las empresas especializadas para obtener las mejores ofertas y estudiar los presupuestos de las que se han brindado para retirar los neumáticos.
La situación económica del Ayuntamiento de esta localidad del Maresme no está para muchas alegrías. Se calcula que las tareas de limpieza costarían unos 80.000 euros. El municipio requerirá al conseller de Territori, Josep Rull, “ayudas excepcionales” para eliminar lo que se conoce como la Seseña de Arenys. “El problema no es la retirada de los neumáticos en sí”, explica la concejal Martín. Se podría llevar a cabo organizando una acción popular como se propone en las redes sociales. “El problema
es la gestión posterior”. Otros organismos, como la Diputación, tampoco se avienen a subvencionar estas iniciativas, pese a que la zona afectada es de gran riqueza forestal. Mientras tanto, Arenys de Mar, incoará otro expediente –el
último caducó en el 2012– para poder disponer de argumentos jurídicos sólidos si los herederos del propietario de la finca, que ahora se niegan a aceptar la herencia, intentasen activar alguna transacción. Si sucediera así, dice el Ayuntamiento,
deberían abonar no sólo el coste de la retirada y tratamiento de los neumáticos, sino las multas correspondientes a todos los años que han hecho caso omiso a los insistentes requerimientos municipales para la limpieza de la finca.