Triángulo luliano
Los clásicos intimidan, sobre todo si su nombre se transforma en marca y empieza a aparecer en los discursos de los prohombres o en las fachadas de los edificios oficiales que alojan instituciones. Es el caso de Ramon Llull. Una figura de gran alcance por las múltiples paternidades que se le atribuyen. Algunas, tan constatables como que es el padre del catalán literario o el antecedente más remoto de la informática, a partir de la exploración combinatoria de su célebre Arte. Otras, apócrifas, como su presunta relación con la cábala y la alquimia. El lulismo es un universo vastísimo. Toda una rama del saber universal. Llull escribió cerca de trescientos títulos, pero la bibliografía luliana es inabarcable. La reciente comprende maravillas como el ensayo L’Art de Ramon Llull i la teoria escolàstica de la ciència de Josep Maria Ruiz Simon (Quaderns Crema, 1999) y excrecencias narrativas como la novela Raimon o el seny fantàstic de Lluís Racionero (Laia, 1985). La institucionalización conmemorativa del año Llull ha impulsado la publicación de un puñado de nuevos libros que deberían actuar como naves rompehielos para el lector contemporáneo. Para tener una visión panorámica de la obra de Llull la propuesta más adecuada es Llull x Llull. Una antologia de textos de Ramon Llull, seleccionados por Joan Santanach (L’Avenç), que apuesta por combinar texto (original) y contexto (descriptivo), en una proporción muy equilibrada cocinada a partir de siete obras principales. Leer Llull x Llull es doblemente provechoso porque da contexto y nos impele a leer el texto original en un catalán sorprendentemente próximo.
El lector que prefiera una aproximación biográfica a un personaje tan extraordinario quedará bien servido con Ramon Llull essencial (retrat d’un pare d’Europa), de Pere Villalba (Librosdevanguardia). Villalba resigue el periplo vital del longevo mallorquín con precisión académica y amenidad periodística. Condimenta el relato con destacados de impacto, en los que se permite comprar su arte con las tácticas de Cruyff o reproduce el perfil anatómico que se desprende del estudio paleopatológico efectuado en 1985 sobre los restos óseos del beato, pero también explica con claridad las famosas ruedas codificadas de su Ars Magna. Villalba describe con una prudente distancia los episodios más mitificados de su biografía —lubricidad, conversión, muerte— y los contrasta con la información disponible. Una tercera aproximación a Llull puede ser narrativa. Gabriel Ensenyat Pujol extrae, en Ramon Llull, contes i exemples (EnSiola Editorial), narraciones breves con las que el mallorquín captaba la atención del lector para difundir sus ideas. Su gran aportación, sobre todo en L’Arbre de ciència ,es que mientras los predicadores medievales recopilaban ejemplos y los adecuaban, Llull invierte los términos y convierte la doctrina en ejemplo: los cuatro elementos mantienen debates, el triángulo saluda al cuadrángulo... Uno de los más bellos (L’ermità i la rata) lo ha llegado a musicar Maria del Mar Bonet en “La rata que tornà una donzella”. Una banda sonora (ale)luliana.
Villalba describe con prudente distancia los mitos de su biografía: lubricidad, conversión, muerte...