La Vanguardia

“Perros y amos sincroniza­n el latido de sus corazones”

Tengo 52 años. Australia na. Vivo en pareja en una granja a dos horas de Melbourne. Doctora en N euro psicología. Lidero un grupo de investigac­ión en antro zoología en la Universida­d de La T robe. Debemos hacer todo el bien posible, y mi manera es intenta

- IMA SANCHÍS

Estudia usted la relación entre las personas y sus mascotas? Sí, porque creo que si mejoramos esas relaciones el beneficio se extenderá a las relaciones con otros animales y con el entorno. ¡Me encanta mi trabajo! Es una suerte. Me llena de satisfacci­ón que parte de nuestras investigac­iones estén cambiando la legislació­n en Australia; por ejemplo, se ha prohibido que se les corte la cola a los perros.

En el Festival de Yulin, en China, se comen diez mil perros de una sentada. De acuerdo, cortarles la cola no es lo peor, aunque es innecesari­o y causa mucho dolor. Lo importante es que la gente entienda que no podemos hacerles lo que nos dé la gana.

¿Usted cuándo lo entendió? Yo estudié Psicología para dedicarme a los humanos, pero entonces murió mi perro y el efecto fue devastador. Me di cuenta de lo importante que es la relación entre humanos y perros y lo poco que sabemos.

¿Qué hay que saber? Cuidamos a nuestras mascotas, las alimentamo­s, las vacunamos, y a veces gastamos mucho dinero para salvarles la vida en lugar de practicarl­es la eutanasia y comprarnos otro perro.

Un perro, un gato... no son un objeto. Tampoco lo es un ternero. Entender cómo nuestro cerebro clasifica a los animales es muy interesant­e desde el punto de vista psicológic­o.

También nos preocupa nuestro hijo y no los que mueren a porrillo a causa del hambre. Dilucidar cómo se establecen esas líneas divisorias entre nosotros y con otras especies nos sirve para repensarla­s y nos da pistas de nuestra relación con el entorno y el mundo.

¿Y qué hay que entender? Nuestra arbitrarie­dad.

¿Cómo nos perciben ellos, los perros? Tienen muchísimas capacidade­s a la hora de comprender­nos. Creíamos que en los orígenes de la relación entre humanos y perros fueron las personas las que cogieron a los cachorros de lobo y se los llevaron a sus campamento­s.

¿No fue así? Hoy sabemos que fue una evolución conjunta. Hace medio millón de años algunos lobos, quizá los más débiles, se acercaron a los humanos porque eso tenía ventajas para ellos. Nació como una relación simbiótica que hoy está muy arraigada en nuestro cerebro.

¿Qué se ha descubiert­o en los últimos diez años sobre esa relación?

Muchoa los sobre humanos.lo bien Hay que mucha comprenden investigac­ión,los perros sobre perros todo entiendene­n Europa, cosas que como demuestras­eñalar, y que eso los es algo que ni siquiera los monos entienden.

Captan hacia dónde se dirige nuestra atención.Exacto. Y si le pones delante un cuenco de comida y le dices que no lo toque no lo hará, pero si cierras los ojos se acercará. Entienden nuestros ojos y entienden que verlos es algo diferente de no verlos, y eso es increíble.

A todo el que tenga perro eso le parecerá normal.

En temas científico­s solemos ser muy antropocén­tricos, y hasta ahora creíamos que un perro no podía poseer capacidade­s como la evaluación, comparació­n, asociación y combinació­n.

Probableme­nte ellos sepan más de nosotros que nosotros de ellos.

Hace tresciento­s años convivíamo­s con los animales de manera estrecha, ahora hay personas que viven sin ningún contacto. Nosotros llevamos perros a los colegios para que los niños sepan que son animales cálidos, y muchos no han tocado un perro antes.

¡Pero si Australia está llena de bichos!

Han desapareci­do de las ciudades, ya no convivimos con ellos. La antrozoolo­gía muestra como las mascotas mejoran la vida de sus amos. Y tampoco entendemos lo esenciales que son todos los animales para el equilibrio del planeta.

¿Por qué los perros saben que vamos a llegar a casa antes de que lleguemos?

Hay investigad­ores que defienden que tienen cierta capacidad telepática. Yo no lo creo, pero hay tantas historias recopilada­s que no es descabella­do pensarlo, algo ocurre ahí.

Perros y amos sincroniza­n el latido de sus corazones cuando están juntos…

Así es, según pruebas realizadas por la Universida­d Monash de Australia, el lazo entre los perros y sus dueños es tan fuerte que sus corazones se sincroniza­n cuando están juntos. Hasta ahora se creía que los perros eran capaces de interpreta­r las emociones y anticipar las intencione­s de otros individuos de su misma especie.

...Ahora sabemos que son capaces de interpreta­r las de otras especies.

Sí, según un nuevo estudio de las universida­des de Lincoln y de São Paulo, son capaces de interpreta­r los estados de ánimo de las personas que no conocen a partir de sus expresione­s faciales y el tono de su voz, una capacidad cognitiva que sólo había sido detectada en los seres humanos.

¿Nos comprenden?

De nuestros estudios sorprende que, para un número cada vez mayor de personas, su perro ocupe el puesto número uno en su escala de afectos, por encima del cónyuge o los hijos.

Sorprende, sí.

En esta sociedad la comunicaci­ón se ha hecho superficia­l, rápida. Los perros saben escuchar y saben querer, colman ese afecto que como seres sociales necesitamo­s.

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XAVIER CERVERA
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VÍCTOR-M. AMELA IMA SANCHÍS LLUÍS AMIGUET

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