Nuevo diálogo estéril entre Sánchez y Rajoy
El líder del PSOE inicia un acercamiento a Iglesias con pocas expectativas de éxito
Mariano Rajoy y Pedro Sánchez emplearon ayer los diez minutos de su conversación telefónica en constatar sus diferencias irreconciliables. La nueva ronda de contactos de Sánchez nace con escasas probabilidades de éxito.
Pedro Sánchez, que ayer emprendió su anunciada ronda de conversaciones para buscar una solución al atasco político, dejó en evidencia que su nueva estrategia, según fuentes del PSOE, pasa por aferrarse al no a Mariano Rajoy al tiempo que intenta un acercamiento con Pablo Iglesias para que, finalmente, toda la presión pueda acabar recayendo sobre Albert Rivera.
Una abstención de Ciudadanos a un acuerdo entre el PSOE y Podemos al que se pudiera sumar el PNV –por más improbable que lo consideren muchos hasta en el PSOE–, sería la fórmula con la que Sánchez intentará mantener vivas las expectativas de una alternativa posible a Rajoy. Y si no hay más opción que repetir las elecciones, el líder del PSOE podrá justificar que hizo todo lo posible, y lo imposible, por evitarlas.
Así pues, Sánchez comenzó por telefonear a Rajoy para reafirmarse ambos, en una charla de apenas diez minutos, en sus posiciones antagónicas. La desconfianza entre ambos es absoluta y no hubo ninguna aproximación, más allá de un etéreo compromiso de “seguir hablando”. El presidente del Gobierno en funciones aprovechó para reiterarle la “necesidad urgente” de que se forme un Gobierno para hacer frente a todo lo que tiene y se le viene encima, empezando por elaborar a la carrera unos presupuestos del Estado “del que dependen miles de subvenciones y millones de rentas públicas como las pensiones”. Rajoy insistió en que la mejor solución es un gobierno de gran coalición entre PP, PSOE y C’s. Y, si no, le instó a reconsiderar su postura y sellar acuerdos de Estado –para hacer frente a la “amenaza independentista” o negociar la financiación autonómica– que permitan al menos un Gobierno, para lo que le ofreció abrir negociaciones sectoriales.
Pero Sánchez volvió a descartar una gran coalición, y reiteró su negativa a investir a Rajoy, además de confirmarle que hablará con el resto de fuerzas para buscar “una solución al bloqueo actual”, como acordó la víspera la ejecutiva del PSOE pese a las advertencias de algunas federaciones –singularmente, la andaluza– de que no trate de despertar falsas expectativas con un acuerdo que ven “inviable”.
Ya por la tarde, Sánchez telefoneó a Pablo Iglesias. La dirección del PSOE quiere “limar asperezas” con Podemos, presentando iniciativas conjuntas en el Congreso como ya están haciendo. Sánchez e Iglesias compartieron que “lo que más le conviene a España es un gobierno que implemente un programa de justicia social y regeneración democrática”. El líder del PSOE le trasladó “la necesidad de que las fuerzas del cambio sigan hablando para ofrecer una solución al atasco provocado por el fracaso de la investidura de Rajoy”. E Iglesias le expuso las dos posibilidades, a su juicio, para que dicho gobierno salga adelante: “Bien que C’s no se oponga y se abstenga; bien mediante un acuerdo con ERC, PDC y el PNV”. El líder de Podemos consideró que aunque “sería sensato” que C’s lo facilitase, les ve “absolutamente instalados en un proyecto con el PP”, además de que “su objetivo es cerrar el paso a Podemos”. La otra posibilidad, “es compleja y difícil pero podría sentar las bases de un nuevo diálogo fraternal que buscara soluciones democráticas a las tensiones territoriales”. La dirección del PSOE, no obstante, descarta un acuerdo que se sostenga en ERC y el PDC.
Y ante estas nuevas expectativas que Sánchez busca alentar, ayer le vino como anillo al dedo la reaparición de Joan Baldoví al frente de los diputados de Compromís, con una propuesta de “acuerdo alternativo” basado en una treintena de medidas que ofreció a Podemos y el PSOE. “El objetivo es buscar la abstención técnica de C’s, por sentido de Estado y responsabilidad”, afirmó Baldoví. La propuesta, como anzuelo para Rivera, incluye las medidas anticorrupción que impuso al PP en su acuerdo de investidura.
Compromís ofrece un nuevo acuerdo a PSOE y Podemos que busca la abstención técnica de C’s