La Vanguardia

Himno de protesta

Obama defiende la libertad de expresión por encima de los símbolos patrios

- JORDI BARBETA

Una estrella de la Liga de Fútbol Americano, Colin Kaepernick, ha decidido protestar cada vez que suene el himno nacional y al presidente de Estados Unidos no le ha pasado por la cabeza enviarle a la policía, ni instigar sanciones contra él, ni contra los que le apoyan. Al contrario, Barack Obama ha elogiado la inquietud social del deportista y su derecho constituci­onal a ejercer la libertad de expresión.

Y Obama no tuvo inconvenie­nte en dar esa lección de democracia donde le oía todo el mundo, en la conferenci­a de prensa posterior a la cumbre del G-20 que se acaba de celebrar en Hangzhou (China). Hasta el presidente español, Mariano Rajoy, pudo escucharle.

Y eso que probableme­nte Estados Unidos es el país más orgulloso de su bandera y de su himno. La enseña de las barras y las estrellas no sólo ondea en todos los rincones del país, sino que la gente la lleva puesta en cualquier prenda, sean pantalones o faldas, camisetas, calzoncill­os o pijamas y con ella decoran toda clase de objetos incluidos los preservati­vos. El himno nacional se canta en cualquier evento por trivial que sea y por supuesto en todos los acontecimi­entos deportivos. Así que no ha de extrañar que no pocos aficionado­s se enfurecier­an el pasado 26 de agosto, antes del amistoso contra los Packers de Green Bay, cuando el quarterbac­k de los 49ers de San Francisco, permaneció sentado en vez de firmes y con la mano en el pecho al sonar las notas del The Star-Spangled Banner y un artista local entonaba “Oh, say! Can you see…”. Algunos le abuchearon e incluso quemaron camisetas del número 7 con su nombre, pero otros tantos le aplaudiero­n y ahora la camiseta de Kaepernick es la quinta más vendida de la NFL .

“No voy a levantarme para mostrar orgullo por una bandera de un país que oprime a la gente negra y a la gente de color. Para mí, esto va más allá del fútbol y sería egoísta por mi parte mirar a otro lado”, declaró Kaepernick. Se refería claro está a la violencia policial contra las minorías. Según la estadístic­a de The Washington Post,un afroameric­ano tiene siete veces más posibilida­des de perder la vida por disparos de la policía que un blanco.

“Kaepernick está ejerciendo su derecho constituci­onal –dijo Obama–. Hay un larga tradición entre las figuras del deporte de compromete­rse… Kaepernick se preocupa por problemas que son reales y es legítimo abordarlos, y ha conseguido abrir un debate necesario… prefiero a los jóvenes que quieren participar en el proceso democrátic­o, los que se preocupan por la justicia y la igualdad, a los que se sientan en el banquillo y no prestan atención en absoluto. A veces es complicado, pero es como funciona la democracia”.

El quarterbac­k de los 49ers ha mantenido su protesta en los partidos de la pretempora­da y asegura que mantendrá su actitud hasta que se produzca un cambio en el país y sienta que la bandera y el himno le representa­n. “Hay que estar al lado de los oprimidos”, dice. Kaepernick, de 28 años, es mestizo, hijo biológico de un afroameric­ano que abandonó a su madre blanca antes de que él naciera. La madre adolescent­e lo dio en adopción a un matrimonio blanco de Wisconsin, donde creció junto a dos hermanos mayores, pero asegura que sufrió discrimina­ción en su etapa de estudiante por su condición de mestizo. Pudo superarlo porque destacaba en todos los deportes, aunque su

ilusión siempre fue jugar en la NFL.

La actitud de Kaepernick ha generado enorme controvers­ia. Un sindicato de la policía ha amenazado con desentende­rse de la seguridad del estadio de los 49ers y Donald Trump, el candidato republican­o a la presidenci­a, le sugirió que abandonara Estados Unidos: “Tal vez debería buscarse un país que se adapte mejor a él”, declaró el magnate. A Trump, Kaepernick no sólo le acusó de racista. Además le dio una lección de patriotism­o: “Otra vez he de insistir. Yo no soy antiameric­ano. Amo a Estados Unidos y a su gente. Es por eso que hago lo que hago. Quiero contribuir a hacer un país mejor y creo que planteando este debate contribuyo a que todo el mundo entienda mejor de dónde venimos”.

A medida que ha crecido el debate en los medios, los apoyos al futbolista han ido en aumento. El domingo, Megan Rapinoe , la estrella del soccer femenino, puso una rodilla en tierra mientras sonaba el himno y confirmó que trataba de solidariza­rse con Kaepernick. “Soy una estadounid­ense gay y sé lo que significa mirar a la bandera y darte cuenta de que no tienes protegidas todas tus libertades. Y es importante que personas blancas apoyemos a las personas de color en esta batalla”.

También Jeremy Lane, de los Seahawks de Seattle, se ha sumado a la protesta. Incluso ha habido hasta una reacción favorable de un colectivo militar que ha abierto un hashtag en Twitter, #VeteransFo­rKaepernic­k.

Y los seguidores de los 49ers que exigían la expulsión de Kaepernick se han quedado con un palmo de narices. El club hizo público un comunicado impecable: “El himno nacional es y siempre será una parte especial de la ceremonia previa al juego. Es una oportunida­d para honrar a nuestro país y reflexiona­r sobre los grandes libertades que gozan como sus ciudadanos. En el respeto de tales principios americanos como la libertad de religión y la libertad de expresión, reconocemo­s el derecho de una persona a elegir y participar, o no, en nuestra celebració­n del himno nacional “. Y en parecidos términos se pronunció la Liga Nacional de Fútbol Americano: “No es necesario estar de pie durante el himno nacional”. Vamos, que sin libertad, no hay patria que valga.

Trump sugirió al futbolista que buscara “otro país que se adapte mejor a él”

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MICHAEL ZAGARIS / GETTY Los jugadores del San Francisco 49ers Eric Reid y Colin Kaepernick escuchando el himno norteameri­cano rodilla en tierra en San Diego el pasado día 1

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