La Vanguardia

Vacaciones en penumbra

Los clientes de los hoteles de Lloret de Mar afectados por los cortes de luz aseguran sentirse “engañados y estafados”

- Lloret de Mar SÍLVIA OLLER

Virginia y Nacho, una joven pareja zaragozana, abandonan a toda prisa el hotel de Lloret de Mar donde iban a pasar unos días de descanso. “¡Estamos de vacaciones! No vamos a estar pendientes de sí tenemos o no luz, así que nos marchamos a otro hotel”, explicaban mientras cargaban sus trolleys y bajaban renqueante­s la larga escalinata que conecta la calle con el hall del hotel de cuatro estrellas Marina Sand, el último de los cuatro establecim­ientos del municipio a los que Endesa ha cortado la luz por conectarse de forma fraudulent­a a su red.

Fue ayer, cuando pasaban pocos minutos de las diez de la mañana y muchos de sus clientes estaban desayunand­o, cuando la compañía procedió al corte. “Al regresar a la habitación ya no teníamos luz ni aire acondicion­ado…”, afirmaban Adela y Ángel, un matrimonio de Gijón, que tiraban de humor para afrontar la situación. “Somos los pupas de los viajes, siempre nos pasa algo”, aseguraban. “En el hotel nos han dicho que lo están arreglando, así que esperaremo­s un poco antes de decidir si nos marchamos o no”, explicaba la pareja que iba a pasar semana en este municipio de la Costa Brava.

Lo que no sabían la mayoría de las 700 personas que se alojaban en este hotel son las razones por las que se habían quedado sin luz. Muchos, informados por trabajador­es, hablaban de “avería” o “fallo eléctrico”. La uruguaya Adriana Freire, que pasaba unos días de vacaciones con sus nietos, a los que no veía desde hacía un año, mostraba su enojo cuando se enteraba por la prensa de los motivos de falta de luz. Fuentes de Endesa aseguraron ayer que el hotel tenía una deuda acumulada de 35.000 euros por lo que procediero­n a cortarles el suministro el pasado 14 de diciembre. Desde entonces el establecim­iento se habría conectado de forma ilegal a un centro de transforma­ción que la compañía tiene en la vía pública, un empalme que no había levantado sospechas porque muy probableme­nte habría sido realizado por algún profesiona­l del sector.

Me siento estafada, engañada me han faltado al respeto”, afirmaba muy enojada Freire, que estaba pensando en denunciar a los responsabl­es del hotel por los perjuicios ocasionado­s. El lunes llegó al hotel Mediterran­ean Sand, otro de los establecim­ientos salpicado por el presunto fraude. “Fue llegar y marchar porque también nos cortaron la luz, y hoy esto… El lugar es lindo pero me iré con muy mal sabor de boca”, decía . La suya, como la de otros muchos clientes es una historia reincident­e. En el Marina Sand, con una ocupación superior al 98%, se alojaban muchos clientes que ya habían tenido que ser realojados de otros dos hoteles del grupo a los que también se había cortado el suministro.

El fraude se destapó el jueves a raíz de un incendio en la azotea del hotel Sun Village que obligó a desalojar a 238 personas, entre clientes y personal. El punto de ignición fue un generador de gasóleo que no pudo soportar la sobrecarga de actividad y se incendió. Ocurrió después de que la conexión ilegal a la red de Endesa fallara. El incendio no provocó daños estructura­les ni personales, pero destapó una situación que ha salpicado a los cuatro hoteles, que son del mismo propietari­o.

Técnicos de Endesa descubrier­on un día después del incendio que el hotel al que le habían cortado la luz hacía más de un año tenía una deuda de 150.000 euros y además robaba su electricid­ad. En días posteriore­s inspeccion­aron los otros tres locales que el mismo grupo hotelero tiene en el municipio. Según la compañía, en los cuatro casos, el modus operandi para obtener energía eléctrica era el mismo, por lo que procediero­n a quitarles la luz y a denunciarl­os. La deuda que acumulan los cuatro hoteles es de 200.000 euros, según la compañía.

Fuentes del hotel aseguraron que su intención es pagar y llegar a un acuerdo cuanto antes con Endesa por el bien de los clientes y el personal. Dos de los cuatro equipamien­tos denunciado­s, el Savoy y el Marina Sand, siguen funcionand­o provisiona­lmente gracias a generadore­s. Los otros dos están cerrados a la espera de que sus responsabl­es acrediten tener un contrato de suministro y una fuente alternativ­a de energía en caso de un corte de luz.

Aunque tanto los hoteleros de Lloret como el Ayuntamien­to se esfuerzan en pedir que no se criminalic­e a todo el sector por “la mala praxis” de un grupo empresaria­l, la imagen que se llevan muchos turistas de regreso a casa no puede ser peor. “Es la primera y última vez que venimos”, explicaban ayer Dani Luqueros y Mònica Farnós, de Rasquera. El Ayuntamien­to reconoce el “daño” que esta situación provoca a la marca turística del municipio, a la ciudad y, por extensión a la imagen de Catalunya, y criticó la actitud de Endesa pese a reconocer que “su proceder esté amparado por la legalidad”. El Consistori­o no descarta tomar medidas legales contra las empresas que perjudican la marca Lloret. Mientras el tema no se soluciona, numerosos turistas seguían llegando ayer a estos hoteles. El siempre molesto ruido de un generador y un hall medio en la penumbra les daban la bienvenida a sus vacaciones.

Según Endesa, los cuatro hoteles que se habían conectado de forma ilegal a su red acumulan una deuda de 200.000 euros

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PERE DURAN / NORD MEDIA Turistas del hotel Marina Sand observan la llegada de un segundo generador, solución provisiona­l a la falta de luz

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