Fotógrafo de la cercanía
TONY KEELER (1933-2016) Fotógrafo norteamericano afincado en Sitges
Quienes le vieron trabajar cuando retrataba a algún personaje destacan su peculiar técnica de acercar la cámara al rostro sin utilizar el zoom. Pertenecía a la generación de la foto natural, en blanco y negro, cuando aún no se planteaba la foto experimental ni se intuía la irrupción de lo digital. Tony Keeler, fallecido el pasado 21 de agosto en Sitges, fue fiel a esa opción y desarrolló su carrera artística como fotógrafo sin sucumbir a las modas ni a los encargos.
De origen norteamericano, estudió Ciencias Políticas en Harvard y luego se trasladó a Georgetown para seguir la carrera diplomática. En 1958, de viaje por España, conoce a una chica austríaca, Linda, cuando ella hacía cola para matricularse de un curso de verano en la Universitat de Barcelona. Se casaron y se fueron a vivir a Washington. Pero al cabo de unos meses Herbert, que este era su nombre de pila, decidió hacer un cambio radical en su vida. Había realizado un curso de fotografía cerca de Los Ángeles, con el prestigiosos fotógrafo William Mortensen y estaba fascinado por el libro Tipos y Trajes del español José Ortiz Echagüe, así que en 1960 decide emigrar a Catalunya. Empezaba una aventura en la que ha tenido siempre a su lado a Linda, una persona muy sociable y políglota, que le ha abierto muchas puertas. Se establecieron en Sitges y abrió un estudio fotográfico que pronto popularizó los retratos de Tony Keeler.
En 1963 realiza una primera visita a Cadaqués con la intención de conocer a Dalí. Lo pudo ver y le hizo varias fotos. En la siguiente visita le mostró las fotos y le hizo otras. Una cadena que siguió varios años. Primero iban al hotel Llané Petit y más tarde se compraron una casita en la calle del Call. Conoció y fotografió a artistas como Roca Sastre, Rafa Duran, Aguilar Moré, los hermanos Pichot, Joan Ponç, Marc Aleu, Elena Paredes. Pero también fotografió a los pescadores, a las mujeres del pueblo, a quienes jugaban a cartas en el Casino, … Una de las fotos más conocidas es la de
un grupo de cadaquesencs sentados precisamente en el pedrís del Casino l’Amistat viendo pasar a una turista con minifalda. Y naturalmente las imágenes sobre Dalí, entre ellas una serie sobre la actuación de Manitas de Plata en su casa de Portlligat, en 1968, que fue toda una performance. Es el día que Dalí puso en marcha unos ventiladores que esparcieron sobre los invitados las plumas que unas horas antes había mandado recoger de varios gallineros de la zona. Una selección de estas imágenes se expuso en el 2004, durante la celebración
del centenario Dalí. Si Cadaqués fue la segunda casa de Keeler, a partir de los años 70 hizo largas estancias en Eivissa en los momentos álgidos del movimiento hippy. Al principio iba a una casa en Sant Mateu, sin agua ni electricidad. Luego construyó la suya propia. Fruto de esa pasión por la isla fue la apertura de la galería Studio Keeler y la publicación del que fue su primer libro de fotografías Ibiza a Dream (1973). Las imágenes de esa Ibiza rural invadida por unos jóvenes que disfrutaban de su libertad han quedado como el retrato de una época única.
Luego vinieron sus viajes, primero por Andalucía y más tarde por el mundo entero: Asia, América Latina y África, con especial atención a dos culturas, la de Cuba y la del Sahara, donde supo captar con gran sensibilidad la esencia de su gente.
“Tenemos mucho material catalogado pero aún quedan miles y miles de negativos. Necesitaríamos alguna institución que nos ayudase”, nos confesaba su hija Susana. De momento, este sábado, en Sitges se le organiza un primer homenaje póstumo. A las doce del mediodía, en la plaza de los Artistas, se colocará una baldosa de cerámica con su firma. De ese modo, la pared con el mosaico de baldosas dedicadas a reconocidos personajes del mundo de las artes recibirá por primera vez la de un fotógrafo. También se pasará el documental Who is Tony Keeler en la sala de actos del Escorxador.
Keeler retrató en los años setenta tanto al Cadaqués de los artistas como a la Eivissa más hippy
JOSEP PLAYÀ MASET