Detenido el ministro de Hacienda de Lula y Rousseff por el caso Petrobras
Brasil se está quedando sin políticos fuera de sospecha. El emblemático ministro de Hacienda de los gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT) Guido Mantega fue detenido ayer en el marco del macroproceso de corrupción de Petrobras, aunque a las pocas horas el juez Sérgio Moro lo dejó en libertad al enterarse de sus circunstancias personales: Mantega fue arrestado en un hospital de Sao Paulo mientras su esposa era sometida a una cirugía por el cáncer que padece. La policía asegura que no sabía de la enfermedad de su mujer.
Un popular empresario asegura que Mantega le pidió 1,4 millones de euros para financiar la segunda campaña electoral de Dilma Rousseff. El arresto del exministro fue el más relevante del medio centenar de detenciones ordenadas ayer por Moro, en el marco de la llamada operación Lavacoches o petrolao, que investiga el desfalco multimillonario en la petrolera estatal.
De 67 años, Mantega fue durante más de una década una de las personas más influyentes de Brasil. Asesor económico del PT y de Lula da Silva desde mucho antes de su llegada al poder en el 2003, ocupó primero la cartera de Planificación (2003-2004) y luego fue designado presidente del estatal y poderoso Banco Nacional de Desarrollo.
Mantega había sido uno de los creadores del programa económico de la formación izquierdista y finalmente Lula, al final de su primer mandato, lo nombró ministro de Hacienda en el 2006, cargo que retuvo hasta fin del 2014, todo el segundo Gobierno del exsindicalista y todo el primero de Dilma Rousseff. Al ganar la reelección, ya en plena recesión, Rousseff se vio obligada a sacrificarle ante la presión de los mercados, que exigían políticas económicas menos intervencionistas. Durante nueve años, el prestigioso economista progresista se ocupó de financiar y desarrollar las políticas sociales del PT que sacaron de la miseria a 30 millones de brasileños a base de subsidios e incentivos.
Mantega era investigado desde hace tiempo por la policía, ante la que había tenido que declarar en mayo, pero su detención se debió al testimonio del empresario carioca Eike Batista, que llegó a ser el hombre más rico de Brasil. Batista le acusa de pedir a su empresa el millonario soborno en el 2012, cuando además de ministro era miembro del consejo de administración de Petrobras.
Lula vinculó ayer la detención de Mantega a su procesamiento, en clave política. “Se están acercando las elecciones y se echan encima del PT”, declaró el expresidente.