Sectores del PP exploran una candidatura alternativa a Albiol
El exalcalde de Badalona cuenta con el apoyo de la militancia en Catalunya
La situación de interinidad que vive el PP catalán desde hace un año, a la espera de poder celebrar el congreso sucesorio (ya que primero debe producirse el cónclave nacional) y con Alicia SánchezCamacho todavía de presidenta pero sin ejercer como tal, ha enturbiado el día a día del partido y está poniendo en riesgo, incluso, lo que todo el mundo daba hasta hace muy poco por seguro: la elección de Xavier García Albiol como nuevo presidente de los populares catalanes.
El exalcalde de Badalona, actual coordinador general del partido (un cargo diseñado con urgencia y sin mucha capacidad ejecutiva), goza todavía de un amplio apoyo entre la militancia en Catalunya. Gusta su estilo directo y contundente con el independentismo, pero no convence a una parte de los cuadros del PP catalán y a importantes despachos de la madrileña calle Génova y de la Moncloa, que están explorando discretamente desde hace semanas posibles candidaturas alternativas a la de Albiol.
Varias fuentes consultadas por este diario confirman que en verano se llegó a sondear, sin mucha suerte, a un independiente “muy mediático” por si estaba dispuesto a plantar batalla en el congreso.
Pese a estas dificultades para encontrar “la persona”, y pese al hecho de que en Génova y la Moncloa son muchos los que mantienen su apuesta por Albiol después de que “diera la cara” el 27-S cuando todos los sondeos vaticinaban una debacle del PP si repetía Sánchez-Camacho como candidata, fuentes populares ven “muy probable” que al cónclave catalán, lejos de ser un paseo militar del exalcalde de Badalona, acaben concurriendo dos o más candidaturas.
Por un lado, dirigentes de la dirección nacional justifican el intento de buscar una alternativa a Albiol en su convicción de que el partido necesita en Catalunya –más aún si gobierna España en minoría y obligado a la geometría variable en el Congreso y con un ojo puesto en los parlamentos autonómicos– un líder joven, que impulse una renovación de arriba a bajo, fogueado en las tertulias de televisión y radio y de perfil moderado para poder tender puentes de diálogo y trenzar posibles pactos. Amén de intentar disputar el espacio de centroderecha a Ciutadans –primera formación de la oposición en el Parlament– y seducir a esa parte de los votantes de Convergència que se sienten huérfanos en las urnas tras la travesía al independentismo de Artur Mas y los suyos.
Por otro lado, sectores de la dirección catalana no esconden su preocupación y “desencanto” por la situación interna del partido –en Barcelona Alberto Fernández y Alberto Villagrasa mantienen un pulso por el control provincial, mientras y las estructuras de Girona y Lleida están prácticamente desmanteladas– y reprochan a Albiol cierta “inactividad” y falta de liderazgo.
Desde el entorno de Albiol admiten cierto desconcierto en el partido por la parálisis en la que está, pero limitan estos movimientos al “clima precongresual” y al intento de muchos dirigentes de posicionarse para no quedar fuera de la futura dirección. Subrayan asimismo que en las filas del PP catalán en estos momentos no hay nadie que haya ganado unas elecciones como hizo Albiol en Badalona y que cuente con un apoyo tan nítido de la militancia.
A estos factores hay que añadir la creciente convicción entre los dirigentes más jóvenes del PP, que no quieren ver hipotecado su futuro inmediato por los numerosos casos de corrupción que afectan a la “vieja guardia”, de que el partido necesita abrir a la militancia los futuros congresos autonómicos –Valencia, Madrid, País Vasco...–, fomentar el debate y, a poder ser, que se confronten diferentes opciones para ofrecer una imagen de pluralidad. “Nuestra
La interinidad que vive el partido, mientras espera el congreso, está perjudicando al líder popular catalán
militancia está harta y cansada de los dedazos y de la opacidad interna”, avisan.
Sea como sea, el futuro de Albiol dependerá en buena parte de si Mariano Rajoy continúa al frente del Gobierno y de si dirige el congreso del PP hacia una renovación controlada. De lo contrario, la pugna por el poder y el enfrentamiento generacional pueden dibujar un escenario imprevisible que dificultaría mucho su elección.