El pie herido de Filipe Luís
Hay quien dice que las palabras se inventaron para que pudiéramos mentir mejor. Es una descripción cínica de las funciones del lenguaje, pero quien la hizo se quedó corto, porque hay otra forma de mentir mucho más eficaz. No suele ser la palabra, sino la imagen, lo que más fácilmente remueve conciencias, porque produce mayor impacto. Llevar a error a los demás y manipular sentimientos a base de imágenes resulta a veces muy sencillo. Por eso cualquier núcleo o proyecto de poder que se precie coloca siempre entre sus prioridades la de disponer de un buen aparato de propaganda. Con el añadido, ahora, de que cualquiera puede utilizar las modernas tecnologías de la comunicación para llegar en pocos minutos a una masa infinita de personas. La democracia comunicativa, en manos de todo el mundo. Y con ella la oportunidad para tratar de presentar la realidad a conveniencia.
Todas estas disquisiciones tienen que ver con la fotografía que el jugador del Atlético Filipe Luís publicó en Instagram, para que se comprobaran los efectos del plantillazo que recibió del delantero del Barça Luis Suárez en el partido de Liga del pasado miércoles. Era la imagen del pie de un Jesucristo. Sólo faltaba el clavo. Había incluso ese corto reguero de sangre, esa concisa hemorragia que agravaba la herida y, con ella, la pérfida agresión. Filipe Luís no es hábil sólo con el balón en los pies, sino también con su teléfono móvil en las manos. Su sacrificio, su martirio, ha quedado consagrado para siempre en esa imagen como la mejor demostración de su carácter sufrido –tantas veces demostrado en el campo– y de la maldad de Luis Suárez, de quien ahora ya sabemos que no sólo muerde con los dientes, sino también con los pies.
Si se generaliza este sistema de denuncia, se va a generar un tráfico de imágenes que no añadirán nada bueno
El problema de este episodio no es que Filipe Luís no tenga derecho a quejarse y a denunciar una agresión, si cree que ese carácter tuvo la entrada de Suárez. El problema es que si se generaliza este sistema de denuncia, se va a generar un tráfico de imágenes que no añadirán nada bueno al deporte profesional. Un día la fotografía difundida responderá a la realidad, será fiel reflejo de una agresión alevosa. Pero otro día aparecerán por las redes imágenes convenientemente exageradas o falseadas. Seguro que la intención de Filipe Luís era demostrar que había sufrido una dura entrada con consecuencias lesivas. Pero el procedimiento no es el mejor, porque puede producir una espiral en la que se cuelen los deshonestos junto a los bienintencionados. Ya hubo un precedente cuando se distribuyeron imágenes del vestuario del Barça en Getafe y se dijo que no se causaron los desperfectos denunciados y que todo fue un montaje, aprovechando que algunos azulgrana –eso sí era cierto– habían protagonizado un infantil show carnavalero.